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Ghost Rider: una pesadilla de infernal belleza

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El Vengador Fantasma corre de nuevo en una obra imponente de la colección de novelas Marvel.
Puede que sea prudente comenzar esta reseña con un parental advisory. Verá, es que Ghost Rider no es como cualquier otra propiedad de Marvel. Es una saga indudablemente más oscura, violenta y, en ocasiones, depravada, pero por lo mismo se alza a un nivel aparte por su potencial estético y narrativo.

Ghost Rider: La ruta de la perdición reúne seis números en los que Johnny Blaze busca escapar del inframundo, donde permanece condenado a tratar de escapar cada noche solo para ser atrapado y despedazado cada noche. Para ello acude a un trato que lo enfrentará por igual con las fuerzas más letales del cielo y del infierno.

Por tratarse de un protagonista que recorre los parajes sobrenaturales del universo Marvel, no es de extrañar que el libro haya caído en manos de Garth Ennis, poco menos que un experto en tales materias y quien creó Preacher para Vertigo y, después, propiedades como Hellblazer, de la misma casa, o Punisher, de la propia Marvel.

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Pero si el aporte de Ennis define este mundo obsceno en el que los seres sobrenaturales exhiben un completo desprecio por la vida humana (mención especial se merece Ruth, un arcángel que resulta ser el rival más despiadado de todo el tomo), el ilustrador eleva la obra a alturas que solo podían alcanzarse con un dominio total de las técnicas digitales.

El resultado son paneles repletos de detalles incandescentes, en especial durante las escenas que transcurren en el averno. Cuando Ghost Rider conduce su moto, el fuego que la envuelve es de una belleza sin par en toda la saga del personaje.
Puede que sea prudente comenzar esta reseña con un parental advisory. Verá, es que Ghost Rider no es como cualquier otra propiedad de Marvel. Es una saga indudablemente más oscura, violenta y, en ocasiones, depravada, pero por lo mismo se alza a un nivel aparte por su potencial estético y narrativo.

Ghost Rider: La ruta de la perdición reúne seis números en los que Johnny Blaze busca escapar del inframundo, donde permanece condenado a tratar de escapar cada noche solo para ser atrapado y despedazado cada noche. Para ello acude a un trato que lo enfrentará por igual con las fuerzas más letales del cielo y del infierno.

Por tratarse de un protagonista que recorre los parajes sobrenaturales del universo Marvel, no es de extrañar que el libro haya caído en manos de Garth Ennis, poco menos que un experto en tales materias y quien creó Preacher para Vertigo y, después, propiedades como Hellblazer, de la misma casa, o Punisher, de la propia Marvel.

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El resultado son paneles repletos de detalles incandescentes, en especial durante las escenas que transcurren en el averno. Cuando Ghost Rider conduce su moto, el fuego que la envuelve es de una belleza sin par en toda la saga del personaje.

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