Por El Bicho Politikón
¡Por fin!, festejan algunos; que regrese, pero lo que se llevó, dicen otros; ¡a las rejas!, vociferan otros más… 24 horas que el tema es la renuncia del otrora poderoso líder Carlos Antonio Romero Deschamps al sindicato petrolero y seguirá dando de qué hablar.
Parece que este gobierno está patentando una nueva forma para deshacerse de gente incómoda, donde lo último que se busca es la justicia, quitarlos de en medio es el objetivo y para eso, con solo un pisotón a la larga cola que tienen basta.
Si Rosario Robles fue el símbolo de la corrupción del sexenio pasado, Romero Deschamps representa la pudrición del sistema político mexicano de los últimos treinta años… ríos de dinero desviados para campañas tanto del PRI como del PAN, groseras exhibiciones de lujos y excesos, acusaciones de que lideraba una banda de hauchicoleo, corrupción, etc.
Veintiséis años de líder sindical, veintiuno de legislador, pero ni todos sus salarios justificaban sus excesos y lujos, cinco presidentes que no vieron nada raro o eran cómplices del pillaje a Pemex, se podría decir que Romero era el reflejo fiel de lo que era el PRI: corrupción, pillaje, prepotencia, extorción, robos, golpes y un largo etcétera.
Este Bicho es de la idea que si alguien comete tantos delitos como los de Romero Deschamps debería estar en la cárcel… es un insulto a la sociedad que tipos como él o el ex ministro Medina Mora estén libres gozando de los millones de pesos que se robaron, en ese sentido muy mal por el gobierno del señor López que abona a la impunidad.
Peor todavía, ante la pregunta expresa de si van a investigar a Peña Nieto, el señor López dijo que no, repitiendo un argumento tan absurdo que raya en la estupidez, así, este gobierno se convierte en cómplice por omisión de la corrupción que dice combatir.
Ningún ladrón diría que cayó en desgracia si lo dejan disfrutar del botín…
Pues eso.
