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Auschwitz, una amarga lección para el mundo

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se ha convertido en una fecha histórica que representa una amarga lección para el mundo de lo que la humanidad tiene la obligación de no repetir.

Hace 75 años, el 27 de enero de 1945 fue liberado el campo de concentración y exterminio en Auschwitz que se ha convertido en el símbolo más representativo del Holocausto, una herida aún abierta para el mundo.

Esta pequeña población al sur de lo que hoy es Polonia cuyo nombre original es Oswiecim adquirió el nombre de Auschwitz de acuerdo a la pronunciación alemana.

Los restos de este campo de concentración y exterminio son testigos de uno de los capítulos más vergonzosos en la historia de la humanidad en donde los nazis, el gobierno nacional socialista alemán asesinara a más de un millón de judíos además de miles de otras personas pertenecientes a diferentes minorías.

Lo aquí ocurrido ha sido documentado a través de miles de páginas y no deja de ser tema de discusión y representación literaria y cinematográfica. Alemania continua intentando expiar sus culpas.

En 1952 se fundó el Comité Internacional Auschwitz por supervivientes del campo. Hoy en día la sede se encuentra en la capital alemana, Berlín. El Comité se encuentra compuesto por numerosas organizaciones de 19 países cuya tarea es impulsar en la humanidad la cultura de la memoria alrededor del Holocausto.

Son pocos ya los testigos que puedan relatar de viva voz lo que ahí ocurrió y la investigación sobre los hechos continúa en donde la muerte adquirió carácter de industrialización por la estructura organizativa y la minuciosa planeación propia de un estado con avance tecnológico.

En la distribución del campo denominado KL Auschwitz (Konzentrationlager Auschwitz) se encuentran dos partes, Auschwitz I en Oscwiecim y Auschwitz II- Birkenau en la población contigua de Brzezinka.

En julio de 1947 los terrenos de Auschwitz y Birkenau se convirtieron en museo estatal. La denominación ha sido polémica al ser considerado también como un inmenso cementerio mientras otros insisten en que debe ser elevado a un museo para la memoria de la humanidad.

El establecimiento de los límites fue la primera de las dificultades.

Las diferentes partes del campo se encuentran a decenas de kilómetros de distancia de la famosa fotografía con que se identifica Auschwitz y que representa la entrada al campo, la reja de metal con la inscripción curvada que imprime un encubierto carácter de amable bienvenida en la parte superior, Arbeit macht frei, “el trabajo hace libre” en su traducción al español.

Visitar Auschwitz es adentrarse a los pormenores de la industrialización de la muerte en una superficie de 191 hectáreas.

Distribución del área

Alrededor de 150 edificios originales aún se conservan. Bloques y barracones para prisioneros con literas construidas de cemento de dos metros de largo por dos de ancho cubiertas con paja y donde dormían entre 10 y 12 personas, edificios de la administración y la dirección, kilómetros de vallas de seguridad y la rampa de ferrocarril a donde llegaban a su destino final los convoyes de prisioneros de donde descendían después de varios dias de viaje y eran de inmediato formados e interrogados para que miembros de la administración de la SS siglas de la Schutzstaffel, el cuerpo de protección y seguridad del Tercer Reich, corporación con funciones de policía y ejército y la administración y custodia de los campos de concentración y exterminio, decidieran quienes se convertirían en prisioneros, quienes pasarían a formar del personal de administración o bien serían destinados directamente a las cámaras de gas.

Los restos de las cámaras de gas semejan una especie de baño público subterráneo con paredes de mosaico blanco. Los prisioneros que eran llevados ahí desde el tren caminaban engañados con la idea de ser dirigidos a tomar una ducha.

Los prisioneros eran obligados a desvestirse en una sala contigua y como un cínico detalle, se les convidaba a recordar el lugar exacto en donde habían dejado sus pertenencias, esto evitaba las escenas de pánico previas a la entrada a lo que aparentaba ser un baño público.

En el techo de estas instalaciones se encontraba la tubería desde la cual era vaciados los cristales de Zyklon B que al contacto con el aire despedían de las duchas el letal gas.

Algunos de los antiguos edificios destinados a la administración del campo funcionan ahora como salas de exhibición.

Tras la liberación se encontraron miles de objetos parte de las pertenencias personales de los prisioneros o las personas exterminadas. La sección de colecciones de Auschwitz exhibe en vitrinas de cristal 80 mil zapatos, 3,800 maletas de las cuales dos mil cien estan firmadas, 460 prótesis, 570 uniformes , el traje de rayas azules, otros objetos personales como cepillos, lentes, ropa de niños y adultos y algunas latas de los cristales de Zyklon B.

Impactante resulta para aquel que visita Auschwitz, la exposición de dos toneladas de cabello de mujer colectadas en el campo tras su liberación, la mañana del 27 de enero de 1945.

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