A pesar de su fuerte amistad con el Gobernador Carlos Joaquín, Orvañanos fue incondicional de Roberto Borge Angulo, quien prácticamente le regaló la concesión de la venta de bebidas alcohólicas en el estadio András Quintana Roo.
*Tras su fracaso como empresario, luego de la cerveza Tulum no tuvo “pena ni gloria”, Orvañanos se enquistó en la política, lo que le ha permitido mantener su caro estilo de vida.
El “chilango” Carlos Orvañanos Rea, quien suena muy fuerte para ser postulado como candidato a la presidencia municipal de Benito Juárez, lo persigue un negro historial, luego de qué en el 2010, los diputados del PRD, de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal; Aleida Alavez Ruiz y Leonel Luna, lo denunciaron penalmente ante la Fiscalía de servidores públicos, por su posible participación en actos de corrupción y extorsión en la demarcación.
Cabe recordar que Orvañanos en su momento fue jefe de la delegación de Cuajimalpa, donde hizo de la suyas, toda vez que este fue acusado por extorsión, cohecho, enriquecimiento ilícito, uso ilegal de atribuciones y facultades, así como tráfico de influencias, tras pedir con sus secuaces diversas cantidades de dinero a cambio de la apertura del bar Bada Bing.
En cuanto a esta denuncia, los perredistas presentaron los videos proporcionados por Ismael Rivera, presidente de la Asociación Nacional de la Industria de Discotecas, Bares y Centros de Espectáculos, en donde aparece Carlos Ricardo Sánchez Cervantes (subordinado de Orvañanos), pidió dinero al dueño de dicho establecimiento para su reapertura.
Para evitar el escándalo, y que fuera juzgado por estos delitos, Orvañanos le echó la culpa a su subalterno implicado directamente en dicho ilícito, quien descaradamente pidió en su momento la cantidad de dos millones de pesos, además de 150 mil a 200 mil mensuales para la reapertura de dicho bar, toda vez que el mismo fue clausurado por autoridades delegacionales en Cuajimalpa, misma que era encabezada por el actual “delfín” de Carlos Joaquín, para la presidencia municipal de Benito Juárez.
A pesar de esto Orvañanos terminó “embarrado” en este “cohecho”, ya que en dichos videos sus subalternos implicados directamente, manifestaron que a ellos los mandaron a coordinar la operación para hacer la liberación y el levantamiento de sellos, es decir el fracasado empresario les ordenó delinquir por él.
Ante estos irrefutables hechos, Orvañanos no tuvo más remedio que denunciar a su subalternos, quienes pagaron los platos rotos, en tanto que el se frotaba las manos tras recibir esta cuantiosa tajada.
