Quintana Roo

Los juegos de azar y su impacto en la economía

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Desde sus inicios, la industria de los juegos de azar ha sido capaz de movilizar cantidades enormes de dinero que, sin dudas, pueden tener un impacto considerable en la economía. Sin embargo, es en las últimas dos décadas que hemos visto cómo la industria ha crecido de una forma que nadie hubiese podido imaginar antes de la llegada del internet y los avances tecnológicos. 

De hecho, es gracias a la llegada del internet y al nacimiento del casino en línea que hoy usuarios de todo el mundo pueden disfrutar de juegos como blackjack, ruleta, tragamonedas o cualquier otro clásico, mientras apuestan con dinero real tal como lo harían en cualquier sala de casino físico.

Pero la trascendencia de esto va mucho más allá del ocio y las ganancias que esto pueda generar para los usuarios e incluso los operadores; sino que el sector del juego online en casinos se ha vuelto una mina de oro para las regiones que han reconocido su potencial y han legislado en pro de su aprovechamiento para estimular su crecimiento económico.

El potencial económico del juego

Al hablar del potencial económico del juego debemos empezar por la creación de empleos que el crecimiento de la industria ha traído consigo. Ya sea que hablemos de casinos físicos que requieren asistentes, personal de seguridad, personal administrativo, gerentes croupiers o cualquier otro puesto necesario para mantener el casino andando o de casinos en línea que requieren desarrolladores, diseñadores y profesionales de todo tipo que trabajan detrás de la pantalla para mejorar la oferta de los operadores.

Se estima que en los últimos años se crearon más de 3,000 millones de empleos en diferentes áreas. ¡Y se espera que siga creciendo! Lo que ha sido un aspecto crucial en el ingreso per cápita en los países en los que han legalizado el juego.

Y es precisamente gracias a la legalización del juego que se puede aprovechar realmente el potencial de una de las mayores fuentes de ingreso de esta industria: los impuestos.

Los impuestos de los juegos de casino han demostrado ser una de las mayores fuentes de ingreso derivadas del juego en las regiones en las que se ha legislado a favor de la industria, reportando un incremento en las tasas de recaudación que puede fortalecer el sector y estimular el crecimiento económico de la región.

El impacto del juego fuera de la industria

La popularidad de los casinos no ha hecho más que crecer y esto ha generado oportunidades para empresas y negocios que operan dentro y fuera de la industria. Tomemos por ejemplo a Las Vegas, la ciudad más emblemática en lo que a casinos y juegos de azar se refiere.

Los casinos en ciudades como Las Vegas han sido una bendición para negocios locales de todo tipo, especialmente a los que se desenvuelven en la industria del turismo y hospedaje.

La razón de esto es simple: Los casinos son capaces de atraer a clientes de regiones cercanas y no tan cercanas, lo que estimula el turismo y el consumo en la ciudad; beneficiando a restaurantes, tiendas, hoteles, locales nocturnos y cualquier otro establecimiento de entretenimiento; todo gracias a los casinos que funcionan como el atractivo principal para los turistas. 

La situación del juego en México

Si bien, en México el juego es regulado por la Ley Federal de Juegos y Sorteos, la realidad es que las legislaciones no han evolucionado a la par de la industria. Basta resaltar que la ley vigente fue publicada en 1947 y ha sufrido pocas modificaciones desde entonces.

En este sentido, uno de los principales problemas es que la Ley Federal de Juegos y Sorteos no hace mayor distinción entre todas las actividades que pueden entrar dentro de la definición de los juegos de azar, creando un panorama ambiguo para los operadores y usuarios. Pero esta ambigüedad no ha impedido el auge de los juegos en México. De hecho, en el país existe una variedad interesante de casas de apuesta y casinos físicos que, autorizados por la Secretaría de Gobierno, han logrado ganarse la preferencia de los jugadores mexicanos. 

Aún así, a pesar de esta ambigüedad, está claro que el estado y las autoridades mexicanas han empezado a reconocer el potencial económico que el juego puede ofrecer al país. En México, la recaudación de impuestos de casas de apuesta, casinos y operadores de juegos de azar está regulada por la Ley del impuesto Especial Sobre Producción y Servicios desde el 2008, la cual establece que los operadores deben pagar un 2% de sus ingresos al estado, lo que se traduce en una recaudación de más de 1.371 millones de pesos tan sólo en el primer trimestre de 2021; un incremento de 44,5% con respecto al mismo período del año anterior. (Noticaribe)

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