La Policía Municipal ha vuelto a quedar en el centro de la polémica tras un accidente ocurrido la noche del pasado viernes en la Región 221, sobre la avenida Niños Héroes, donde elementos de la unidad M-786 protagonizaron un percance al conducir a exceso de velocidad y sin respetar un paso peatonal. El choque contra un vehículo Aveo color azul dejó como saldo a dos policías lesionados, quienes fueron trasladados por paramédicos del ERUM.
El incidente, que debería ser motivo de autocrítica y reflexión para mejorar los protocolos de actuación, estuvo plagado de irregularidades que demuestran una preocupante falta de profesionalismo. Desde el inicio, se evidenció la prioridad de proteger intereses particulares por encima del cumplimiento de la ley y la atención a los afectados. Más de seis patrullas se presentaron en el lugar, pero no para garantizar la seguridad o gestionar adecuadamente la escena, sino para brindar un respaldo cuestionable a Luis Fernando Ixba, alias “Espartano”.
Por si fuera poco, los medios de comunicación presentes denunciaron intentos de intimidación por parte de los elementos policiales. Espartano incluso exigió a los paramédicos que agilizaran el traslado de los lesionados, dejando entrever una actitud prepotente y fuera de lugar.
Además, resulta alarmante que los elementos de tránsito, en lugar de proceder con imparcialidad en el peritaje, primero se entrevistaran con sus compañeros involucrados, lo que despierta sospechas de un posible encubrimiento o acuerdo interno para minimizar responsabilidades. Este tipo de prácticas solo debilitan la confianza ciudadana en las instituciones encargadas de velar por la seguridad y justicia.
Bajo el mando de Carlos Ernesto Damián Sumiano, la Policía Municipal sigue acumulando incidentes que reflejan la falta de coordinación, ética y preparación de sus elementos. Este accidente no es un caso aislado, sino una muestra más de la urgente necesidad de una reforma integral que garantice una policía eficiente, profesional y realmente comprometida .