Cancún, Quintana Roo, 14 de febrero de 2025.— La orden es clara: ningún policía de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de Benito Juárez podrá usar pasamontañas mientras esté en servicio. Así lo afirmó Carlos Ernesto Damiano Sumuano, titular de la dependencia, quien aseguró que la transparencia es clave para generar confianza en la ciudadanía. “Los policías no son delincuentes, deben estar visibles”, sentenció.
Pero aquí surge una pregunta incómoda: ¿la medida aplica para todos o solo para los elementos de menor rango?
Porque mientras los oficiales en la calle están obligados a mostrar el rostro, los mandos de la corporación suelen ser vistos con el rostro cubierto, escudados en el anonimato que les brindan los pasamontañas. ¿Acaso ellos están exentos de la transparencia que exige el secretario?
Y si de contradicciones hablamos, ¿qué pasa con las patrullas polarizadas? Porque aunque el reglamento también prohíbe esta práctica, las unidades utilizadas por los altos mandos siguen circulando con cristales oscuros sin que nadie les diga nada.
Entonces, la pregunta es: ¿la transparencia es solo para unos cuantos? Mientras los policías rasos deben cumplir con la orden y dejarse ver, los jefes siguen operando desde las sombras, con vidrios oscuros y rostros cubiertos.
Si la Secretaría de Seguridad Ciudadana quiere que la ciudadanía confíe en sus agentes, lo primero que debe hacer es predicar con el ejemplo. Porque de nada sirve exigir transparencia si los propios mandos se esconden detrás del humo de sus propias contradicciones.
