La noche de este viernes, vecinos de la Supermanzana 229 de Cancún detuvieron a un joven delincuente que intentó robar una motocicleta tipo Pulsar. Al verse rodeado, el sujeto confesó ser parte de Los Chileros, un grupo delictivo que opera en la zona continental de Isla Mujeres y que se dedica al robo de motocicletas en Cancún y municipios cercanos. Según sus propias palabras, él y otros jóvenes son obligados a delinquir bajo las órdenes de “El Chilero”, quien, a pesar de estar presuntamente detenido, sigue operando con total impunidad.

La indignación de los ciudadanos creció cuando, a pesar de que tres patrullas de la Policía Municipal pasaron por el lugar, ninguna se detuvo para atender la denuncia, lo que desató sospechas de complicidad con los delincuentes. Vecinos señalaron que esta falta de acción es una clara muestra del contubernio y la protección que elementos municipales, bajo el mando de Carlos Ernesto Damiáno, brindan a estos criminales.

De acuerdo con información obtenida en la zona, El Chilero no es un delincuente cualquiera. Se trata del hijo de Clara Díaz, una morenista cercana a la presidenta municipal de Benito Juárez, Ana Patricia Peralta, lo que explicaría la impunidad con la que su grupo opera en Cancún. Pese a su presunta detención, sigue controlando las actividades delictivas en la zona continental de Isla Mujeres, territorio disputado por bandas rivales dedicadas al robo y desmantelamiento de motocicletas.

Hace menos de una semana, esta guerra entre grupos criminales escaló a niveles de violencia alarmantes cuando un ataque armado en la zona continental dejó un saldo de cuatro personas lesionadas, dos de ellas sin vida. A pesar de estos hechos, no se ha visto una respuesta firme por parte de las autoridades municipales.

La omisión y protección a estos grupos delictivos no solo se limita a Benito Juárez. Habitantes de Isla Mujeres han denunciado en reiteradas ocasiones que la presidenta municipal, Atenea Gómez Ricalde, permite que estas bandas operen con total libertad en la zona continental, convirtiéndola en un territorio sin ley.

Mientras los ciudadanos exigen mayor seguridad, las autoridades municipales parecen mirar hacia otro lado, permitiendo que estos grupos sigan operando con impunidad. La detención de este joven solo confirma lo que muchos ya sospechaban: el crimen organizado no solo está presente en Cancún e Isla Mujeres, sino que cuenta con la protección de quienes deberían combatirlo.