El señor Manuel regresó de su jornada como a las 5 de la tarde, y después de estar toque y toque la puerta por un buen rato, le abrieron, sólo para que viera al policía todavía acomodándose el pantalón y poniéndose la camisa del uniforme.

Los vecinos le informaron a don Manuel que la unidad policial 0758 estaba estacionada desde las 4:30 de la tarde afuera de su domicilio en la calle Primera, entre Vigésimo Cuarta y Vigésimo Sexta del Fraccionamiento “Siglo XXI” en San Francisco de Campeche.

El policía estatal –que daba rienda suelta a la pasión en casa ajena– fue identificado como Carlos Enrique Escobar O. y estaba en servicio, a cargo de un vehículo oficial.

La discusión duró casi una hora, ya que el policía no quería salir de la casa, sino que exigía al ofendido –rejas de por medio– que se retirara.

Pero el clímax del acto vergonzoso ocurrió cuando el uniformado pidió respaldo llegando como flash 10 policías en 3 patrullas, quienes también conminaron a don Manuel a retirarse. “Pero ¡cómo!, si yo vivo aquí”, decía el hombre.

“Sí ya cometió el error la señora, quédese con ella, pero dele de comer porque para eso le traigo dinero para no haga estas cosas… yo solo quiero sacar unas cositas que traigo acá y que me devuelva el dinero que le tengo dado”, pedía.