Un joven estudiante del CECyTE decidió que era buena idea jugar a ser acróbata sobre su motocicleta, haciendo “caballito” y manejando a toda velocidad. Pero, como dice el dicho: “Más pronto cae un alucín que un cojo”, y este chico terminó en el suelo más rápido que su motoneta en bajada.
Automovilistas, con cara de “te lo dije”, corrieron a auxiliarlo y llamaron a los servicios de emergencia. Minutos después, un agente de Tránsito llegó para tomar nota del espectáculo gratuito que el muchacho brindó.
Al final, el joven tuvo que ser “valorado” (y no precisamente por su talento en acrobacias) por los paramédicos. Así que, amigos motociclistas, recuerden: la calle no es circo y la vida no tiene botón de reinicio. ¡Manejen con cabeza, no con adrenalina!

