Cancún, Quintana Roo – 25 de marzo de 2025. La crisis en los servicios de emergencia de Benito Juárez ha llegado a un punto alarmante, y el principal responsable tiene nombre y apellido: Pablo Gutiérrez, secretario del Ayuntamiento. Mientras las ambulancias desaparecen y los ciudadanos enfrentan tiempos de espera inaceptables para recibir atención médica, Gutiérrez se mantiene en una cómoda indiferencia, ignorando la desesperación de una comunidad que clama por ayuda.

La negligencia del secretario es evidente. En una ciudad como Cancún, donde los accidentes y emergencias médicas son el pan de cada día, los tiempos de espera para recibir atención han alcanzado niveles criminales. Esperar hasta una hora para que llegue una ambulancia no solo es una negligencia, sino una condena de muerte para muchos ciudadanos. Y mientras esto ocurre, Pablo Gutiérrez sigue sin mover un dedo.

Pero el problema no termina ahí. Las pocas ambulancias que logran operar enfrentan otro obstáculo absurdo: la retención de unidades en los hospitales por falta de camillas disponibles. Hasta cinco horas permanecen detenidas las ambulancias particulares en los hospitales, incapaces de responder a nuevas emergencias porque el sistema de salud municipal está completamente colapsado. ¿Y qué ha hecho Gutiérrez al respecto? Nada. Su indiferencia está costando vidas.

Por si fuera poco, más de 70 ambulancias que antes se encontraban en el Hospital General han desaparecido. ¿Dónde están? ¿Quién se las llevó? ¿Por qué Pablo Gutiérrez no da la cara ni ofrece explicaciones? Es una burla para la ciudadanía que hoy, en lugar de contar con un sistema de emergencia funcional, tenga que depender de ambulancias particulares, muchas veces inalcanzables por sus altos costos.

Mientras tanto, la gente muere esperando ayuda. Familias enteras han tenido que convertirse en paramédicos improvisados, transportando a sus seres queridos en vehículos particulares porque el gobierno de Gutiérrez ha sido incapaz de garantizar un servicio de emergencia digno. Cada segundo perdido en la burocracia y la incompetencia de este funcionario es un segundo que pone en riesgo la vida de un ciudadano.
Es inaceptable que Pablo Gutiérrez continúe en su puesto mientras Cancún se desmorona en materia de salud. La falta de ambulancias no es un problema menor, es un acto de negligencia criminal que expone la indiferencia y el desinterés total del secretario del Ayuntamiento.

La ciudadanía exige respuestas. Gutiérrez debe rendir cuentas y asumir su responsabilidad en esta crisis humanitaria. La salud y la seguridad de los cancunenses no pueden seguir siendo ignoradas. La indiferencia de las autoridades ha puesto en peligro demasiadas vidas, y la paciencia de la gente se ha agotado. Es momento de exigir acción, de exigir justicia y de exigir la destitución de un funcionario que ha demostrado ser incapaz de cumplir con su deber.