Un trágico hecho conmocionó a vecinos de la calle Paseo de Girasoles la mañana de este domingo, luego de que un joven perdiera la vida a consecuencia de heridas provocadas con arma blanca durante una presunta riña ocurrida la noche anterior.
De acuerdo con testimonios, el joven, cuya identidad no ha sido revelada oficialmente, resultó herido durante una pelea, recibiendo al menos dos lesiones graves: una en una arteria de la pierna y otra en el brazo. Aunque logró sobrevivir durante varias horas, su estado se agravó con el paso del tiempo.
Por la mañana, familiares y testigos solicitaron ayuda médica. Una unidad de la empresa privada Jet Medical acudió al lugar, pero según vecinos, se negó a realizar el traslado al hospital al exigir el pago del servicio por adelantado. Al no contar con recursos económicos, la víctima quedó tendida sobre el camellón central de la calle.
Minutos después se solicitó apoyo de otra ambulancia, pero cuando ésta arribó al lugar, confirmaron que el joven ya no contaba con signos vitales.
Este lamentable hecho ha puesto nuevamente en evidencia la grave crisis que atraviesan los servicios de emergencia en Cancún. Vecinos expresaron su indignación, asegurando que no es la primera vez que una ambulancia privada se niega a prestar el servicio si no hay un pago de por medio.
Además, señalaron que la atención que ofrece el ERUM, unidad médica de la Policía Estatal, deja mucho que desear. “A veces parecen hasta flojos, no quieren atender bien a los lesionados, casi que se vuelven un problema más en lugar de ayudar”, comentó uno de los testigos.
También mencionaron que ni la Cruz Roja, que en otros tiempos era una referencia en emergencias, se salva del deterioro del servicio. “Antes llegaban rápido y ayudaban, ahora están igual que todos, lentos y sin ganas”, agregó otro vecino.
Al lugar llegaron elementos de la Policía Municipal, el Servicio Médico Forense (SEMEFO) para el levantamiento del cuerpo, así como autoridades ministeriales que ya investigan el caso.
La comunidad exige justicia, no solo por la muerte del joven, sino por la precariedad del sistema de atención prehospitalaria, el cual, denuncian, “está pal perro”.




