#Cancun| Muere “El Bibi” en Cancún: historia de violencia, extorsión y un final anunciado
El reloj marcaba las cinco de la tarde este martes cuando se confirmó la muerte de un hombre que durante años fue conocido en los bajos fondos de Cancún como “El Bibi”. Sicario, cobrador de piso, hombre violento, pero también alguien que —según vecinos de la región de Alfredo V. Bonfil— nació en la pobreza, creció en las calles, y fue absorbido por el crimen organizado desde muy joven.
Su nombre verdadero apenas figura en los reportes policiales, opacado por su alias, el cual se volvió sinónimo de miedo entre comerciantes y habitantes que aprendieron a callar cada vez que lo veían llegar. Hoy, después de casi dos semanas hospitalizado, su historia terminó en una cama del Hospital General de Cancún, donde se encontraba bajo custodia tras un violento arresto.
“El Bibi” fue detenido hace aproximadamente 15 días mientras presuntamente cobraba “derecho de piso” a pequeños comerciantes en la zona de Bonfil, una práctica de extorsión habitual en varias regiones del estado. Durante su detención, resultó gravemente herido, lo que obligó a su traslado inmediato al hospital. A partir de ahí, comenzó una serie de eventos que marcaron su última etapa con vida.
Durante su estancia en el Hospital General, protagonizó varios episodios de violencia. En al menos dos ocasiones, intentó despojar a los custodios de sus armas de fuego, lo que provocó un clima de constante tensión tanto para el personal médico como para los propios policías. En su último intento, fue baleado por un elemento de la Policía Municipal que actuó en defensa propia, según los primeros reportes.
Con su muerte, termina también un capítulo de violencia focalizada en la zona de Bonfil. Aunque su figura era temida, su fallecimiento no genera alivio sino preguntas: ¿Cuántos otros como él siguen atrapados entre la marginación y la violencia? ¿Cuántas vidas rotas seguirán alimentando el ciclo criminal que sigue cobrando vidas a diario?
Murió solo, vigilado por policías, con heridas de bala en el cuerpo y una historia de violencia a cuestas. “El Bibi” se fue como vivió: entre sangre, miedo y silencio. Pero detrás de su apodo y sus delitos, también hay una historia que el sistema nunca quiso ver.