La Mtra. Bertha Pech, ganadora de la Beca McNamara 2021, realiza este proyecto para su tesis del Doctorado Interinstitucional en Educación
La Mtra. Bertha Maribel Pech Polanco, estudiante de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México y ganadora de la Beca McNamara 2021, realiza la investigación Experiencias formativas de mujeres mayas yucatecas con doctorado y procesos de reconfiguración identitaria, como parte de su tesis del Doctorado Interinstitucional en Educación.
En su investigación –uno de los méritos por los cuales se le concedió la prestigiada beca- abordará cómo la educación superior, en particular el posgrado, puede llevar a las mujeres mayas a repensarse, a resituarse y a cuestionar algunas prácticas hegemónicas muy naturalizadas.
Y es que, señaló Pech, el posgrado lleva a las mayas de Yucatán a cuestionar los roles de género, a reposicionar su liderazgo como mujeres en sus comunidades y en otros espacios a nivel nacional e internacional, y a tomar decisiones de manera más comprometida, consciente y reivindicativa con su origen y con sus luchas personales y académicas.
Con su estudio, que realiza con apoyo de tres mujeres mayas de la Península de Yucatán -todas con doctorado-, la alumna pretende identificar y determinar cómo las experiencias formativas permiten a las mayas reconstruir y resignificar su identidad, como mujeres con doctorado, como mujeres migrantes y como mujeres mayas; así como alcanzar puestos en espacios de toma de decisión.
La propia Bertha será sujeto de análisis en su tesis, al ser en parte un estudio autoetnográfico, en donde narrará cómo fue su experiencia de acceder a la educación superior; a la Licenciatura en Educación Primaria para el Medio Indígena (Universidad Pedagógica Nacional-Unidad Mérida), a la Licenciatura en Educación (Universidad Autónoma de Yucatán), a la Maestría en Pedagogía (Universidad Nacional Autónoma de México, UNAM) y al Doctorado Interinstitucional en Educación (Universidad Iberoamericana Ciudad de México).
Eso llevará a la becaria a establecer una conexión con las tres doctoras mayas, porque no solamente hará la historia de sus vidas, sino que, a través de su propia historia de vida, narrada y reflexionada, las cuatro compartirán sus experiencias sobre sus procesos formativos. Bertha, por ejemplo, migró del municipio de Maxcanú a la ciudad de Mérida para estudiar sus dos licenciaturas y trabajar, y luego a la Ciudad de México para cursar su maestría y doctorado y continuar trabajando.
Su experiencia en la academia
En 2010, Pech Polanco inició su trayectoria como docente, en su alma mater, la Universidad Pedagógica Nacional-Unidad Mérida, como investigadora y profesora en la Licenciatura en Intervención Educativa.
Fue asistente técnica del Programa de Asuntos de Género de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México -donde atestiguó la anexión de la IBERO a la campaña HeforShe de ONU Mujeres- que, “me dejó experiencias muy significativas en el campo de género y educación, principalmente en lo que respecta la promoción del derecho de las mujeres a una vida libre de violencia, de discriminación y desigualdades”.
En el Instituto Superior Intercultural Ayuuk -ISIA, perteneciente al Sistema Universitario Jesuita-, donde aprendió mucho de trabajo comunitario, impartió el curso Pedagogía intercultural, en la Licenciatura en Educación Intercultural. “Fue una experiencia muy constructiva y positiva en mi cuestión identitaria y en mis referentes de educación con justicia social”.
Ahí, en el ISIA, se dio cuenta que algo de ella había en las y los alumnos, a quienes inspiró a seguir estudiando, pues “me preguntaban de dónde soy, cómo ingresé a la maestría en la UNAM y a qué aspiraba; y eso fue algo que me motivó a seguirme formando, a cursar el doctorado”.
Su tránsito como profesora del área de culturas indígenas en la Licenciatura en Derechos Humanos y Gestión de Paz de la Universidad del Claustro de Sor Juana la hizo mirar otras necesidades y sentir de cerca los procesos dolorosos que viven las madres y padres en búsqueda de sus hijos/as desaparecidos.
El involucramiento de las y los estudiantes del Claustro con los procesos de paz y la defensa de los derechos humanos sensibilizó mucho a Bertha, quien a través de ellos/as miró cómo la educación superior puede contribuir a mejorar la realidad, “qué podemos hacer para estar en conexión con la sociedad, o sea, no pensar a la universidad fuera de la sociedad, sino cómo la universidad está vinculada y puede acompañar de cerca los procesos”.
Y en la UNAM, donde Pech impartió la asignatura Diseño de programas educativos en contextos interculturales y lengua y cultura maya, en la Licenciatura Desarrollo y Gestión Interculturales, se encontró con una riqueza producto de “una diversidad tremenda de estudiantes de todos lugares”.
También fue capaz de darle su justa dimensión a la gestión intercultural, a la gestión de conocimientos, a la gestión de los procesos culturales y a la gestión de los conflictos, para llegar a consensos, siempre priorizando el diálogo.
Eso la llevó a confirmar que la universidad tiene que estar afuera, no puede quedarse únicamente en los salones o escribiendo artículos -que son necesarios, pero aún más útiles cuando provienen de procesos que pasan afuera-, sino que las y los académicos e investigadores tienen que considerar necesaria esta vinculación con la realidad, para que el alumnado pueda entender qué sentido tiene estudiar una carrera universitaria.
Investigación y proyectos de intervención
Congruente con sus ideas y palabras, la maestra Pech Polanco ha participado en diversos proyectos de investigación, entre otros: ‘Fortalecimiento de prácticas pedagógicas en docentes rurales multigrado de México y el Salvador’ (Instituto de Investigaciones para el Desarrollo de la Educación-IBERO CDMX) y ‘Factores que inciden en el rezago educativo de la población maya-hablante, evaluado por las y los mayas que alcanzaron el nivel de educación superior’ (Universidad Autónoma de Yucatán).
Relacionado con el segundo tema, dijo que la presencia de indígenas en la educación superior es algo de suma importancia, pero no sólo garantizando una cuota de acceso a estudiantes de este grupo, sino que también, para propiciar mayor diversidad en las universidades, debiera haber docentes, investigadores y autoridades educativas de pueblos originarios, que con su presencia y trabajo coadyuven al resto de quienes integran las comunidades académicas a pensar y a entender la vida desde posicionamientos distintos.
De esta manera se podría pensar tener “una universidad más inclusiva, menos mono-cultural, al existir una diversidad de miradas, una diversidad de posicionamientos y de formas de aprender”.
En cuanto a los varios proyectos de intervención en los que ha participado, cabe mencionar que en Ecomunnis A.C, la maestra Pech coordinó el proyecto ‘Promoción y participación política de mujeres mayas del sur de Yucatán’.
En su opinión, es importante que las mujeres entiendan que tienen derecho a participar en la política, pero no como promotoras, brigadistas o coordinadoras de la candidatura de un varón –en que las suelen ocupar los partidos-, sino contendiendo por puestos de elección popular, por lo que le parece que debe existir un proceso de registro de candidatas si realmente se quiere alcanzar la paridad de género y lograr que las mujeres verdaderamente participen en la política.
Bertha Pech Polanco, autora de diversos artículos académicos publicados en libros y revistas, como Repensando el artículo tercero y la equidad en la educación superior: perspectivas de estudiantes de origen maya de la Universidad Pedagógica Nacional, Unidad 31-A y La educación superior como estrategia para la autonomía y empoderamiento de las mujeres, una visión desde adentro como mujer indígena, mencionó que a futuro continuará, como académica, impulsando el vínculo de la universidad con la sociedad, y haciendo trabajo colaborativo y en red con otras mujeres, colectivos y organizaciones.
Asimismo, continuará invitando a otras mujeres a seguir estudiando, “a buscar eso que las va a hacer sentirse bien con ellas mismas”, ya sea dentro o fuera de la academia, pero sintiendo que lo que están haciendo tiene un motivo de vida para ellas.