Q.R.- Muchas mujeres quintanarroenses se han vuelto en las víctimas que llegaron al último eslabón de la violencia contra las mujeres, en lo que especialistas afirman que separa una delgada línea del feminicidio, y es que aparte de soportar el maltrato físico ahora enfrentan lo más duro, lo que lastima y marca de por vida, el arrebato legal de sus hijos.
Son al menos 50 casos documentados de madres de familia que en tribunales familiares orales de Quintana Roo litigan la custodia de sus hijas e hijos, luego de enfrentar acusaciones maquinadas en su contra por cargos penales fantasmas.
A pesar de que las acusaciones se desestimaron por improcedentes, en el camino se decretaron medidas cautelares que las separaron abruptamente de sus menores hijos, con lo cual se rompió el vínculo filial materno-infantil, y les impide verlos desde hace meses o años por la insensibilidad de jueces.
La realidad es que a consecuencia de una mala práctica jurídica y la presunta complicidad de algunos servidores públicos se inclina la balanza a favor de padres agresores, que se desentienden o se niegan a cubrir una pensión alimenticia.
De igual manera las victimas afirman que estos casos son un desgaste físico emocional y monetario ya que los procedimientos legales son largos y se retrasan por lo que se vuelven más costosos.
Se espera que con la aprobación de hace unas semanas de la ley vicaria en el estado de verdad se pueda hacer justicia para las madres que solo esperan poder recuperar a sus hijos y alejarlos de su agresor.