Municipio de Lázaro Cárdenas, Quintana Roo, Kantunilkin
En representación del Presidente Municipal L.C.P. Nivardo Mena Villanueva, el Secretario General Salvador Vargas Rosas en compañía de miembros del H. Cabildo, así como de los directores, coordinadores y personal de confianza, acudió a la convocatoria de la coordinación de educación para la celebración del homenaje cívico correspondiente al aniversario 177 del fallecimiento de Doña Leona Vicario en 1842.
Como parte de este acto civil, se rindieron honores a la bandera con la participación de la banda de guerra de la Dirección de Seguridad Pública y tránsito Municipal, posteriormente se realizó una breve reseña de lo acontecido en esta memorable fecha, recordando la importancia histórica de tan célebre mujer en la lucha por la libertad de nuestra nación.
Ferviente proselitista de la causa insurgente, a finales de 1812 había convencido a unos armeros vizcaínos para que se pasaran a su bando, trasladándose a Tlalpujahua (localidad en la que estaba instalado el campamento de Ignacio López Rayón), donde se dedicaron a fabricar unos fusiles “tan perfectos como los de la Torre de Londres”, según Carlos María Bustamante. Poco después, las autoridades interceptaron a uno de sus correos, el cual la delató, por lo que fue vigilada y seguida cada vez más de cerca.
Leona Vicario desarrolló un enorme sentido crítico frente al mundo a partir de sus lecturas. Su trabajo como periodista se publicó en diarios como El Semanario Patriótico Americano, El Federalista y El Ilustrador Americano. Es justo en este último periódico que los insurgentes observan su trabajo y se ponen en contacto con quien después sería considerada la mujer de la Independencia. Leona Vicario se unió a los insurgentes, luego de que ellos se comunicaran con ella. Desde al Ciudad de México, Leona Vicario les daba información de lo que ocurría en la capital mexicana, además de ayudarles con algunos bienes, todo en pro de la causa libertaria.
Leona Vicario desarrolló un enorme sentido crítico frente al mundo a partir de sus lecturas. Su trabajo como periodista se publicó en diarios como El Semanario Patriótico Americano, El Federalista y El Ilustrador Americano. Es justo en este último periódico que los insurgentes observan su trabajo y se ponen en contacto con quien después sería considerada la mujer de la Independencia. Leona Vicario se unió a los insurgentes, luego de que ellos se comunicaran con ella. Desde al Ciudad de México, Leona Vicario les daba información de lo que ocurría en la capital mexicana, además de ayudarles con algunos bienes, todo en pro de la causa libertaria.
Leona Vicario se casó en 1813 con Andrés Quintana Roo, un matrimonio que a la brevedad quiso anular pues el tío de la periodista consideró impropio el enlace porque Quintana Roo no era de la misma clase social que Leona. Ese mismo año, ella fue encarcelada al descubrirse que era conspiradora y que apoyaba el movimiento de Independencia, pero con ayuda de dos correligionarios pudo escapar y refugiarse en Oaxaca.
Tanto a ella como a Quintana Roo se les ofreció el indulto a cambio de abandonar el movimiento, pero no lo aceptaron, por lo que siguieron huyendo por un bien tiempo. Poco después, se unió a las tropas de José María Morelos y Pavón para lograr la Independencia de México.
Fue en 1817 cuando Leona dio a luz a su primera hija, Genoveva, su perspectiva cambió, pues al poco tiempo fue apresada junto con la recién nacida. De nueva cuenta se les ofreció el indulto, con la condición de irse a España. En espera de los documentos necesarios para partir, fueron confinados temporalmente en Toluca.
El matrimonio se estableció en esa ciudad, donde Andrés Quintana Roo retomó su carrera política y en 1821 nació la segunda hija Vicario, María Dolores. Tras ser indultada por parte del gobierno y obtener la restitución de los bienes incautados a causa de su rebeldía, Leona Vicario vivió en la casa ubicada en la calle de Cocheras, hoy Brasil. Leona Vicario murió el 21 de agosto de 1842 a los 53 años de edad.