La madrugada de hoy, el bullicio de la ciudad se vio interrumpido por el eco de las balas en la avenida Huayacan, en la Supermanzana 313. Like Terraza Bar, un sitio que apenas comenzaba a tomar forma, quedó marcado por la tragedia antes siquiera de abrir sus puertas al público.
El empresario Tomás Suaste, quien apostaba por este nuevo proyecto, perdió la vida en el ataque. Sus escoltas, que intentaron protegerlo, quedaron heridos. En total, tres lesionados y una víctima fatal. Sobre el piso de la obra negra, sus zapatos permanecen aún ahí, testigos silenciosos de una vida que se apagó de golpe, rodeados por un charco de sangre ya seca que el sol de la mañana no pudo borrar.
La escena es desoladora. La cinta amarilla de la policía municipal rodea el sitio, que debía estar listo para recibir a su primer gran evento el próximo 21 de marzo. Esa noche, el grupo originario de Torreón, “Los Chicos del Barrio”, iba a hacer vibrar el lugar con su música, dando inicio a una nueva historia en la vida nocturna de Cancún. Pero ahora, lo que debían ser luces de fiesta se han convertido en luces de patrullas, y el sonido que debía ser de música y risas es reemplazado por murmullos y el crujir de los casquillos bajo las botas de los peritos.
En un rincón, aún quedan rastros del esfuerzo de quienes creían en este proyecto. Herramientas abandonadas, mesas sin montar, la ilusión de un nuevo espacio de encuentro para la ciudad, ahora congelado en el tiempo por la violencia.
Cancún amanece con una herida más. Una más en una lista que no deja de crecer, en una ciudad que no deja de soñar pero que, a veces, despierta en pesadillas.







