Quintana Roo

Cancún, tierra de todos…los moscos

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Los mosquitos del género Aedes Aegypti y Aedes albopicus son transmisores del virus del dengue
Si eres de las personas a las que en estos días les han picado al menos cinco zancudos o menos, o sea 10… esto te interesará y sabrás que no es broma.

Los mosquitos del género Aedes Aegypti y Aedes albopicus son transmisores del virus del dengue, que puede causar además de severos malestares físicos, ausentismo escolar, laboral, costos médicos y gastos de los gobiernos para controlarlo.

Conocidos también como vectores, estos mosquitos que proliferan en Cancún en esta época, se desarrollan en climas tropicales y subtropicales y su presencia aumenta en temporada de lluvias.

De acuerdo con la Secretaría de Salud, el mosquito transmisor del dengue se ha adaptado al ámbito humano, con criaderos, hábitats, fuente de alimentación y desplazamientos activos y pasivos ligados al entorno domiciliario.

México es un país que presenta condiciones favorables para la proliferación del virus, ya que cerca del 60 por ciento del territorio nacional es apto para enfermedades transmitidas por los mosquitos, lo que implica que se ha convertido en un problema de salud pública.

El tema no es para nada menor. El Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC), en su más reciente Atlas de Vulnerabilidad Cambio Climático, tiene un capítulo especial dedicado a la Vulnerabilidad de la Población al Incremento en la Distribución Potencial del Dengue.

Ocurre que la temperatura juega un rol relevante en la proliferación de mosquitos y de la presencia del virus, toda vez que las condiciones climáticas para el desove de los huevecillos del mosco, son temperaturas de los 20 a los 40 grados Centígrados.

A eso sumémosle otro factor: La cercanía de la población con algún cuerpo de agua. Cancún tiene un gran sistema lagunar, sin contar con los cenotes urbanos y las aguadas distribuidas en áreas verdes de la ciudad. Una variable más es el porcentaje de habitantes que cuenta con agua entubada dentro de su terreno o vivienda.

 Pensemos nada más en los asentamientos humanos, carentes de drenaje, cuya población almacena agua en contenedores.

El Atlas de Vulnerabilidad indica que ante la problemática del dengue, los municipios deben contar con medidas ambientales para la reducción de criaderos de mosquitos; es necesario mejorar, mantener o bien generar servicios adecuados de agua potable y saneamiento y un manejo de residuos sólidos más eficaz para mantener entornos limpios y libres de criaderos.

Se menciona que la propia población debe participar de las estrategias locales para el control del vector y apropiarse de las medidas preventivas; sin embargo, no basta con cargarle la responsabilidad a la gente y los gobiernos le tienen que entrar en serio.

Resulta penoso, vergonzoso e inverosímil que una ciudad como Cancún, generadora de millones de dólares por turismo, impuestos y derechos, no cuente con el sistema de nebulización y fumigación que merece, ya no digamos de mejores calles, alumbradas; de banquetas enteras, no rotas; de vialidades limpias, fachadas de casas y comercios, sin grafitis y, de servicios en general, acorde al esfuerzo diario de “la ciudad de todos”, que presumen mucho pero enriquece a pocos.

Ojalá las autoridades se tomen en serio esto de los moscos y el dengue, en presupuestos y programas. Si no es por la salud, que sea por la economía o la imagen que tanto les preocupa.

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