Un mototaxista fue víctima de una violenta agresión y privación ilegal de la libertad por parte de coordinadores de la Confederación Obrera Revolucionaria (COR) en Cancún, luego de que se negara a pagar una cuota sindical de 200 pesos. El hecho ha generado indignación entre trabajadores del transporte y encendió las alertas sobre presuntos abusos de poder y vínculos del sindicato con grupos delictivos.

De acuerdo con el testimonio del afectado, la agresión ocurrió en las oficinas de la COR ubicadas en el fraccionamiento Tierra Maya, a donde fue obligado a acudir por instrucciones de los coordinadores. Al llegar al lugar, los representantes sindicales comenzaron a exigirle el pago de la cuota, pero al explicar que no contaba con el dinero en ese momento, uno de los coordinadores lo agredió físicamente y lo mantuvo retenido contra su voluntad dentro del inmueble.

La situación escaló cuando varios colaboradores cercanos a Noé Gallegos Bautista, identificado como líder de este grupo sindical, se unieron a la golpiza. El mototaxista relató que fue brutalmente golpeado, amenazado y posteriormente arrojado a la calle, visiblemente herido, sin que se le prestara auxilio alguno.

En su desesperación, el hombre solicitó la intervención de las autoridades, sin embargo, los agresores se atrincheraron en las instalaciones del sindicato. A pesar de los señalamientos directos del afectado, los elementos policiales que arribaron al sitio se negaron a ingresar, presuntamente por temor o falta de órdenes superiores.

El mototaxista ha anunciado que interpondrá una denuncia formal ante la Fiscalía General del Estado, ya que teme por su vida y la de su familia. “No es la primera vez que pasa algo así”, comentó. “Muchos compañeros hemos sido amenazados o golpeados, y hay miedo de hablar porque este sindicato actúa con total impunidad”.

Cabe señalar que Noé Gallegos Bautista ha sido señalado anteriormente por presuntos vínculos con grupos delictivos y por ordenar represalias violentas contra agremiados que cuestionan o hacen públicas las irregularidades dentro del sindicato. Algunos testimonios incluso lo acusan de mandar a incendiar motocicletas de trabajadores inconformes.

Este caso ha reavivado el debate sobre la falta de regulación y vigilancia sobre los sindicatos en Cancún, así como la necesidad urgente de proteger los derechos de los trabajadores del transporte, un gremio que, según denuncias constantes, opera en un ambiente de amenazas, corrupción y violencia.