Antes que nada, quiero mencionar que mi primer gran amor, y a la mujer que más he querido, se llama Georgina Arce González, madre de mis tres hijos, con quién estuve casado 10 años aproximadamente, y que el día de hoy, es mi mejor amiga.
Tengo que hacer mención de Georgina, porque jamás me perdonaría, y me reclamará hasta la eternidad, que hable de Eva, antes que de ella. Creo que todos los hombres sabemos lo grave que es una mujer molesta, y por eso prefiero evitar esa situación.
Una vez aclarado que Georgina Arce González, fue mi primer amor, y a la que le dedicaré más adelante una carta, procedemos a hablar de Eva, mi segundo amor en esta vida.
Eva llegó como un torbellino a mi vida, justo cuando yo pensaba, que estar enamorado era una tontería y pérdida de tiempo, y que podemos ser felices dedicándose a las actividades que nos llenan espiritualmente.
Apareció Eva, caminando con su elegante figura siempre en tacones, era imposible, no voltear a ver a una mujer tan guapa y con clase. Su sonrisa y humor negro simplemente me cautivaron, con una agilidad mental digna de la gente de la Ciudad de México, quedé enganchado de inmediato.
Tengo que reconocer, que al principio, presentó cierta resistencia hacia mi persona, pero luego de una breve insistencia cayó en las redes de mi seducción. Estuvimos juntos aproximadamente 3 años, en los cuales, hicimos muchas cosas, nos fuimos a vivir a una casa frente al mar en Playacar fase 1, de Playa del Carmen Quintana Roo, igualmente viajamos por innumerables países, en los que recuerdo Tailandia, Vietnam, Camboya, Indonesia, Borneo, Australia, Singapur, Hong Kong, Dubai, Holanda. Fuimos a caminar con los gorilas en Uganda, recorrimos Zambia, Zimbabwe, Sudáfrica, Italia, España, Francia, Marruecos, Canadá, Estados Unidos y algunos otros países que no recuerdo. Todo esto en menos de 3 años.
Aproximadamente a los 2 años de relación, Eva se embarazo, y comencé a construir una casa en Mérida, para tener una nueva familia, para estar cerca de mis otros 3 hijos. Sin embargo, el destino no permitió que tuviéramos a este hijo, y a los 3 meses ocurrió un aborto natural, siendo un duro golpe a la relación, ya que las ilusiones que ambos habíamos depositado en esta criatura habían sido muchas. Recuerdo incluso a Eva, leyendo libros de nombres para bebés, ya que este sería su primer hijo.
Después de unos meses, Eva se volvió embarazar, perdiendo de nuevo al bebé a los 3 meses por causas naturales.
Ahí fue el principio del fin, la relación se deterioró, la frustración y enojo entre los dos comenzó a ser evidente, y después de varias discusiones decidimos terminar la relación.
Tengo que reconocer que para mí fue un golpe devastador, que me movió todos los cimientos de mi existencia, decidí seguir viajando para ir tratando de olvidar mi dolor. Durante más de un año, me sentí realmente deprimido, me realice la vasectomía, ya que no deseaba tener más hijos, ni pasar nuevamente por pérdidas de algún embarazo, y fue más o menos en esos momentos, que inicie mi primera Cruzada contra la corrupción e impunidad.
Algunos amigos me dicen en tono de burla, qué fue tanta ira por lo que sucedió con Eva, que tuve que desquitarme con los políticos corruptos.
Eva continúa siendo mi amiga, platico muy poco con ella, pero siempre le he deseado lo mejor en su vida, ya que a pesar de que sólo fueron tres años, tiene un lugar especial en el fondo de mi corazón. Recuerdo con melancolía todo lo que pudo ser, pero que el destino no lo permitió.
Mi respeto y admiración a una gran mujer, y que se que algún día, encontrará a alguien que la quiera como yo la quise.
Siempre contarás con mi apoyo en cualquier momento de tu vida, y con esto, sello mis palabras, de que el amor incondicional si existe, algo que tú, siempre me dijiste que era imposible.
Carlos Mimenza Novelo