Reporteros de la cadena CNN visitaron por segunda ocasión el Hospital de Houston, donde personal médico lucha por manejar el incremento de casos COVID-19, a pesar de los recientes lanzamientos de vacunas.
Y es que Texas ha registrado 113 mil 49 casos de COVID-19 tan solo en los últimos siete días, según la Universidad Johns Hopkins. Este es el segundo estado más alto de casos, detrás de California en Estados Unidos.
En el reportaje, cuentan cómo se vive la pandemia en este nosocomio desde médicos enfermeras y pacientes:
En junio el United Memorial Medical Center de Houston estaba tan “abrumado” por la pandemia que dos de sus secciones se habían transformado en pabellones COVID-19, pero ahora hay tres.
Incluso, el director médico, Joseph Varon, no había tenido un día libre desde que el virus apareció y “todavía no lo tiene”.
En aquel entonces, la enfermera de la UCI Tanna Ingraham luchó contra la enfermedad, después de contraerla de un paciente. Ella se recuperó, pero luego lo contrajo de nuevo.
“Es como el infierno y regresa”, dice Tanna Ingraham sobre el año 2020.
“De mal en peor, este hospital es un microcosmos perfecto de cómo la enfermedad está escalando, incluso mientras se están implementando vacunas en todo el país. Las próximas seis semanas serán las más oscuras de la historia médica estadounidense moderna”, dice Varon.
Reconoce que está en lo cierto, pues en vísperas de la Navidad la gente no está escuchando.
Los casos están incrementando en todo Texas. El promedio de siete días de casos positivos está a nivel récord, con promedio de más de 16 mil casos nuevos diarios, según la Universidad Johns Hopkins. Este promedio ha aumentado 15 por ciento en comparación con la semana pasada.
El 40 por ciento de pacientes COVID-19 en Hospital de Houston, de otras partes del estado
El reportaje de CNN señala que aproximadamente el 40 por ciento de los pacientes de COVID-19 en el Hospital de Houston son de otras partes del estado que se recuperan de la pandemia.
Por ejemplo, Walter Cuellar fue trasladado desde el oeste de Texas. Cree que él y su esposa contrajeron el virus en el supermercado. Tenía síntomas leves y hoy está recuperándose, pero cuando llegó, casi le pusieron un ventilador.
“Donde yo vivo, hay mucha gente donde no usan cubrebocas. Ha habido muchas veces que voy a la tienda con mi esposa y ella y yo éramos los únicos que usamos una máscara y otras personas no la usaban en absoluto”, dice.
Bri Smith labora con estudiantes de intercambio extranjeros y ahora se mudó a Columbus, a 73 millas al oeste de Houston. La esposa y madre de tres hijos cree que contrajo el virus mientras compraba.
Cuenta que es lo peor que ha sentido en su vida por los dolores.
Varon narra que ahora los pacientes están cada vez más enfermos, después de haber esperado de más para buscar atención médica.
“El paciente promedio ha pasado unos 20 días con síntomas antes de que nos lleguen”, precisa.
En los últimos meses, el hospital ha usado diferentes medios para tratar la enfermedad.
El paciente Richard Gonzales pensó que podría resistir, así que se negó una semana a tratarse en el hospital. Tiene dos trabajos, tiene esposa y cinco hijos y no está seguro de cómo se contagió el virus.
“Me equivoqué un poco porque los síntomas que tuve, cuando los tuve, debería haber ido al hospital o a la sala de emergencias de inmediato, pero no lo hice. Me acosté en la cama pensando que desaparecería”, dice.
“Como si nos hubieran olvidado”
Para Varon y el personal médico del hospital de Houston las frustraciones aumentan.
“Incluso si les doy agua bendita, será difícil para ellos mejorar”, dice Varon.
Varon, quien ha sido apodado el “cazador de COVID”, fue el primero en recibir la vacuna Moderna el lunes para asegurar al personal y a la comunidad mayoritariamente minoritaria que la vacuna es segura.
El doctor John Okereke, director de servicios de emergencia, también fue vacunado. Él es negro y dice que es fundamental que las minorías busquen tratamiento y se vacunen cuando estén disponibles.
Refiere que los médicos están “extasiados” con las vacunas.
“Cuando miras en la televisión, no sabes realmente por lo que están pasando los médicos. No tienes idea por lo que pasamos. A veces tenemos mucho miedo de contraer la enfermedad”, confiesa.
Las vacunas no podrían llegar en mejor momento. Las hospitalizaciones han seguido incrementando en todo el estado, con 10 mil pacientes hasta el lunes, según el Proyecto de seguimiento COVID, un nivel no visto desde julio.
Ingraham, la enfermera, dice que está estresada por la lucha en curso contra la enfermedad y tiene un mensaje sobre el costo que ha tenido para ella y otras personas en el hospital.
“Es como si no existiéramos. Te das cuenta de que todavía estamos aquí cuidando de estas personas que ponen mi vida en riesgo, la vida de mi hijo en riesgo, la vida de mi madre. Siento que nos han olvidado, literalmente”, lamenta.
Con información de CNN