En un loable esfuerzo destinado a combatir la carencia de oportunidades laborales para las personas con discapacidad, diversas asociaciones en Quintana Roo han unido sus fuerzas para promover la inclusión laboral de este sector. A pesar de los loables esfuerzos de organizaciones como Vida Independiente Quintana Roo, que ha distribuido 60 sillas de ruedas a aquellos que las requieren, persisten desconfianzas y obstáculos percibidos que representan barreras significativas.
Erik Maffassanti, presidente de Vida Independiente Quintana Roo, destaca que la asociación no se limita únicamente a proporcionar asistencia física. También se involucra activamente en la capacitación laboral y en el desarrollo de políticas públicas que fomenten la inclusión. Sin embargo, el desafío principal radica en la reticencia de las personas con discapacidad a buscar empleo.
La falta de confianza en depender de dispositivos para discapacitados y la percepción de obstáculos en la sociedad, como la movilidad limitada en la vía pública y las diferencias de habilidades en comparación con las personas sin discapacidad, son las razones fundamentales que explican la renuencia de este sector a incorporarse al ámbito laboral. Este dilema resalta la urgente necesidad de abordar no solo la provisión de herramientas, sino también las barreras sociales y la conciencia pública, con el fin de lograr una inclusión laboral auténtica y equitativa.