Se vieron mermadas las inversiones, pérdida de empleos y disminución de la actividad económica.
Quintana Roo cayó cuatro posiciones en el Índice de Competitividad Estatal (ICE) con respecto a otras entidades federativas en el 2020, como parte de los efectos colaterales de la pandemia del coronavirus.
El estado pasó de una competitividad media alta a un estatus de “media baja”, al ver mermadas las inversiones, pérdida de empleos y disminución de la actividad económica en general.
El ICE, elaborado por el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), mide la capacidad de los estados para generar, atraer y retener talento e inversiones.
“Un estado competitivo es aquel que consistentemente resulta atractivo para el talento y la inversión, lo que se traduce en mayor productividad y bienestar para sus habitantes”, explica.
Este análisis está compuesto por 72 indicadores, categorizados en 10 subíndices que evalúan distintas dimensiones de la competitividad: seguridad; uso de recursos naturales, inclusión, salud y educación; democracia, gestión gubernamental; mercado laboral; economía; conectividad; turismo y tecnología.
Para el IMCO, la pandemia trajo a México grandes daños, que se reflejan en este estudio.
Quintana Roo fue, junto con Hidalgo y Chihuahua, uno de los que reportaron mayor retroceso de 2019 a 2020.
La peor caída para el estado se registró en los rubros económicos, al caer hasta la penúltima posición en general, descendiendo 14 lugares.
En cuanto al manejo de los recursos naturales, relacionado a la devastación ambiental, el estado cayó seis lugares, quedando en el lugar 32, es decir, en el peor evaluado en este rubro.
Su mejor lugar lo obtiene en el acceso a servicios y conectividad aérea.
Como ha ocurrido desde la primera edición de este índice, la Ciudad de México fue la entidad más competitiva y el único considerado de competitividad “alta”.
A nivel regional, Yucatán se mantuvo en el lugar 10, seis por encima de Quintana Roo, y Campeche se ubicó en el sitio 19, avanzando dos posiciones.
