Cada quien tendrá su opinión sobre Yucatán, pero estos son los hechos revelados por el Inegi: La economía de ese estado ya crece más que la de Querétaro o la de su siempre destacado vecino, Quintana Roo. En 12 meses contados hasta marzo 2019 creció 3.1 por ciento, un ritmo comparable con el del pujante Nuevo León.
Ernesto Herrera Novelo dice que aspiran a crecer 4 por ciento este año, por si suena conocida la cifra en este México que desacelera. Él es el secretario de Fomento Económico del joven gobernador panista Mauricio Vila Dosal.
¿Pero por qué crece? ¿Quién empuja ese estado hasta hace poco dormido por la resaca de una lejana gloria de la industria del henequén y la mítica Cordemex?
Quizás ahí está lo interesante: hay un montón de factores. Cuenten la multitud de inmigrantes que vienen de la Ciudad de México, de Monterrey o de Guadalajara que compran casas. Sumen a los canadienses… a los estadounidenses o argentinos y a todos ellos el creciente empuje de los yucatecos capitalizados por un negocio inmobiliario que ya suena a boom.