La pandemia por COVID obligó a varias empresas funerarias a disminuir sus precios.
Pese a que la pandemia de COVID-19 provocó cambios en los protocolos de manejo y disposición de los cuerpos de los fallecidos, la incineración siempre ha sido un servicio muy recurrente en municipios como Benito Juárez.
“¿Por qué? los espacios en los cementerios ya están muy reducidos, entonces optan por esta segunda opción, además, también está la parte económica, las familias pueden solventar el proceso, pero también se tiene que gestionar un espacio y es que no tenemos una cultura de la previsión, entonces cuando trascendemos le dejamos toda está carga económica a nuestro familiar”, comenta Anahí Lara, representante del Corporativo Funerario Cancún.
La falta de previsión tuvo mayores consecuencias a raíz de la pandemia. Al haber una disminución de fuentes de empleo y de ingresos, las familias que perdieron a sus seres queridos no tuvieron otra opción más que elegir la incineración de sus restos, en ocasiones de manera directa, es decir, sin velación.
Empresas como esta, tuvieron que optar por disminuir costos e incluso realizar estudios socioeconómicos a quienes no tuvieran los recursos suficientes.
Costos (en pesos mexicanos) | ||
Funeraria | Cremación | Sepultura |
Privada | 6,000 – 9,000 | 15,000 |
No privada | 6, 500 | 12549 |
Movilidad, un factor clave para decidir
Además del factor económico, Cancún tiene otras particularidades que hacen que algunas personas se inclinen a favor de la cremación: la movilidad y la falta de arraigo, al ser una sociedad compuesta, principalmente, de migrantes nacionales y extranjeros.
Miguel Ángel Popoca Roldán, empleado de la Funeraria Bretón, ha sido testigo de este fenómeno. Asegura que desde antes de la pandemia, la incineración ya era el servicio muy solicitado.
“El 90% de las defunciones, normalmente son cremaciones y traslados, porque la gente no radica aquí. Además se ha tratado de fomentar desde hace muchos años para evitar la aglomeración en los cementerios”, explica.
Al hablar del traslado, señala que es menor el costo del permiso para las cenizas humanas, que un cuerpo que tiene que ir embalsamado dentro de una caja funeraria protegida y cuyo costo se calcula por peso y dimensiones, además de otros trámites sanitarios.
“Por eso mejor dicen, crémalo y me voy con las cenizas. Así ya no tienes que pagar por todo lo demás, pero también depende de la religión y su cultura, hay quienes asumen el costo”.
Sin embargo, la tendencia no es la misma en todos lados. Por ejemplo, los servicios funerarios que se ofrecen a través de la Operadora y Administradora de Bienes (Opabiem) tienen una demanda diferente a las privadas.
Luis Moreno Porieh, administrador único de Opabiem, afirma que independientemente de las personas que fallecieron a causa de COVID-19, la sepultura sigue siendo el tipo de inhumación más solicitada por la ciudadanía.
“Las familias en general, siempre prefieren la sepultura por un tema cultural y religioso, y los panteones en ese aspecto siempre han fungido en que llega toda la familia a ver al difunto por lo menos un día a la semana”, afirma.
Según el funcionario generalmente recurren a Opabiem, las familias que requieren algún tipo de apoyo o descuento en los servicios funerarios, que pueden costar entre 12 mil 549 (sepultura) y seis mil 500 pesos (cremación).
“Sí ha habido un ligero cambio, se podría decir que por cada tres sepulturas hay dos cremaciones, pero generalmente hemos percibido que si es por un tema religioso, ellos buscan la forma de sepultar, pero si es económico, van directamente a la cremación”, expone.
Actualmente, el panteón de Los Olivos de Cancún tiene un total de 600 espacios, de las cuales 100 todavía se encuentran disponibles; en el caso del Parque Funerario, tiene 520 espacios, 30 de ellos ya fueron ocupados.