REALEZA Y MEDIOS DE COMUNICACIÓN
Un saludo, queridos lectores. Escribo este tema porque es importante para la realeza mantener una “amistad” con los medios, si le puedo llamar así, ya que ellos son figuras públicas y los medios, a pesar de que los criticamos, también los apoyamos.
Hay escándalos que son conocidos, por supuesto, pero los medios están especializados en cada royal. Sabemos dónde veranean, con quiénes, dónde comen, qué comen, qué hacen, sus discursos, cómo se visten de acuerdo al evento y al lugar.
Tengo entendido que fue en Inglaterra con el rey Jorge III que se empezó a dar boletines de la corte. Ya con la reina Victoria, su nieta, hasta fotografía oficiales se empezaron a distribuir a los medios.
La realeza acepta ahora, que somos parte de su vida. Ha habido agresores, como, por ejemplo, el príncipe Ernesto de Hannover, quién agredió a los medios en una ocasión. Es el precio de nuestro deber.
Los medios han visto, por 67 años y más en el caso británico, un largo reinado el cual, por supuesto, ha habido cambios. Por ejemplo, el internet, las redes sociales, el cine moderno, las comunicaciones, aunque sigue habiendo las cartas por correo tradicionales, todo un mundo se ha transformado gracias a la tecnología.
Podemos hablar de faltas de respeto desde los royals a la prensa o viceversa. Hay príncipes y princesas que se cansan del acoso mediático, y nos mandan señales ofensivas. Hay prensa donde usan el Photoshop para dar a conocer fake news.
A veces los acuerdos que hay entre medios y los royals no se respetan. Es importante dar a conocer esto, aunque a veces las publicaciones rosas sacan exclusivas de realeza dando entrevistas, aunque hay medios, repito, no respetan cierto acuerdo.
La libertad de información sobre el rey y la familia real española está recogida en los Artículos 490 y 491 del Código Penal, donde se habla del tipo de reprimenda por parte de las autoridades a cualquiera que calumnie o injuriare al rey a cualquiera de sus ascendientes o descendientes, a la reina consorte o al consorte de la reina, al regente o algún miembro de la Regencia; o al príncipe heredero de la corona, con el ejercicio de sus funciones o con motivo u ocasión de éstas.
El castigo es prisión de seis meses a dos años si la calumnia o injuria fueran graves y con la de multa de seis a 12 meses si no lo son.