El gobierno de Joe Biden se reintegrará en calidad de observador, pero buscará a fin de año ser elegido como miembro pleno con derecho a voto. La medida revierte la salida ordenada por la administración de Donald Trump
Estados Unidos anunció este lunes su intención de implicarse de nuevo en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, que el ex presidente Donald Trump abandonó en 2018 acusando al organismo de hipocresía.
El secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, confirmó este lunes que Estados Unidos se comprometerá de nuevo en el Consejo de derechos humanos de la ONU en calidad de observador.
“El Consejo es defectuoso y necesita reformas, pero salirse no lo arreglará. La mejor manera de mejorarlo para que alcance su potencial es a través del robusto liderazgo de Estados Unidos. Bajo la Presidencia Biden, nos estamos reinvolucrando, listos para liderar”, dijo en Twitter.
De esta forma, la Administración de Joe Biden revierte otra de las medidas tomadas por la diplomacia de Donald Trump.
En 2018, la Casa Blanca anunció su salida del órgano internacional entre críticas a un presunto sesgo en lo relativo a Israel y por servir de plataforma a países como China, Venezuela y Cuba. El entonces secretario de Estado, Mike Pompeo, declaró: “No dudamos que su creación fue con buena fe, pero tenemos que ser honestos: el Consejo de Derechos Humanos de la ONU es un pobre defensor de los derechos humanos”.
Sesión del Consejo de Derechos Humanos, en Ginebra (Reuters)
Probablemente la decisión del gobierno de Biden atraerá críticas de legisladores conservadores y de muchos en la comunidad partidaria de Israel.
Aunque Estados Unidos sólo tendrá estatus de observador sin derecho a voto en el consejo hasta finales de 2021, los funcionarios dijeron que Washington desea buscar una de las tres bancas de miembro pleno —actualmente ocupadas por Austria, Dinamarca e Italia— correspondientes al “grupo de Europa occidental y otros estados” que estarán sujetas a elecciones este año.
La Asamblea General de las Naciones Unidas hace su elección final mediante una votación que habitualmente tiene lugar en octubre de cada año para llenar las vacantes por un periodo de tres años en el consejo de 47 miembros.
“Cuando funciona bien, el Consejo de Derechos Humanos pone el foco sobre los países con los peores historiales de derechos humanos y puede servir de faro para quienes luchan contra la injusticia y la tiranía. Por eso Estados Unidos ha vuelto a la mesa”, añadió Blinken en Twitter. “Cuando trabajamos estrechamente con nuestros aliados y amigos, podemos pedir cuentas a los países con los peores historiales de derechos humanos. El liderazgo de Estados Unidos es importante”, puntualizó.
El compromiso de Estados Unidos con el consejo y su predecesora, la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, ha variado durante décadas según los intereses políticos de los gobiernos republicanos y demócratas. Aunque han señalado las deficiencias del organismo, los presidentes demócratas han tendido a buscar que Estados Unidos tenga un sitio en él, mientras que los republicanos han arremetido contra sus críticas a Israel.
El retiro ordenado por Trump del Consejo de Derechos Humanos de la ONU fue uno de varios en los que Estados Unidos dejó de participar en la comunidad internacional durante su presidencia de cuatro años. También se retiró del Acuerdo Climático de París, del acuerdo nuclear con Irán, de la Organización Mundial de la Salud, de la UNESCO y de varios tratados para el control de armas.
Trump también amenazó con retirar a Estados Unidos de la Unión Postal Internacional y de la Organización Mundial de Comercio.
Desde que asumió la Casa Blanca el mes pasado, Biden ha reintegrado a Estados Unidos al Acuerdo de París y la OMS, y ha dejado entrever su interés en volver a la UNESCO y al acuerdo con Irán.