Cancún.- Quintana Roo recibirá a 2.8 millones de turistas este verano, monto que se ubica por debajo de los 3.5 millones logrados en 2019, pero que es superior a la cantidad originalmente estimada para este año, destacó hoy el gobernador Carlos Joaquín González.
Entrevistado luego de un evento para la entrega de títulos de propiedad, el gobernador quintanarroense dijo esperar a que esta cifra mejore todavía más, pero eso dependerá ya de factores como la evolución de la pandemia, en cuanto al número de contagios, en cuanto a la posibilidad de tener destinos confiables, y también de la solución que se le brinde al recale de sargazo.
En cuanto al sargazo, indicó que ahí colaboran con el Gobierno Federal, encargado de esta estrategia, que no es fácil, al tratarse de un fenómeno natural; no obstante, el poder solucionar este problema permitirá que se impulsen más los destinos de Quintana Roo.
En cuanto al COVID-19, el gobernador señaló que los casos actualmente van en aumento a nivel nacional, pero la situación no es la misma que el año pasado, cuando “no sabíamos nada” de este virus, ya que ahora hay más casos, pero menos decesos y menos ocupación hospitalaria.
Para Carlos Joaquín González, esta tendencia es indicativo de cómo permanecerá la enfermedad a futuro en el mundo, y la forma en que deberán atenderla.
El gobernador también indicó que mantiene grupos de vinculación en cada destino turístico, con autoridades e iniciativa privada, para mantener un diálogo, conocer las necesidades de cada lugar y brindar información sobre la labor que realizan.
“De vez en cuando, hemos tenido reuniones con ellos, en todos lados, desde Holbox a Chetumal, con grupos empresariales, reforzando la labor de este grupo de vinculación”, añadió.
REGRESO A CLASES
Por otro lado, Joaquín González indicó que todavía no puede hablarse de una fecha para el regreso a las clases presenciales, ya que la realidad de la pandemia cambia semana a semana, pero se necesita llegar al semáforo amarillo, tanto a nivel local como nacional, para comenzar el proceso de reintegración, con miras a un retorno al llegar al color verde.
Aunado a ello, toca constatar que las escuelas estén en buenas condiciones, pues después de tanto tiempo cerradas, tienen diversos problemas. Además, tendrán que establecerse protocolos sanitarios, los que variarán dependiendo del tamaño y circunstancia de cada plantel.
“Tal vez no todos vuelvan a diario, sino que irá un grupo los lunes y miércoles y otro los martes y jueves”, aventuró.
Por último, interrogado sobre los tres primeros años de la actual administración federal y si hay pendientes, el gobernador indicó que se lleva un trabajo de coordinación y mucho respeto para sacar adelante distintas acciones y programas conjuntos.
Esto incluye varios que falta todavía consolidarse, tanto de infraestructura, como el puente sobre la laguna Nichupté y el Tren Maya, como el Instituto de Salud para el Bienestar, en donde faltan muchas cosas, en cuanto a número de medicamentos y lugares para médicos, complicados a causa de la pandemia.
Otros ámbitos donde todavía se trabaja son educación, ordenamiento territorial y, en especial, seguridad.
“Hay mucho diálogo y esperemos que estos proyectos concluyan de buena manera”, comentó.