JusticiaParaElisa
A casi dos meses de la injusta detención de Elisa María Zaldívar Barcelata, colectivos y
sociedad civil organizada exigen a las autoridades competentes su liberación inmediata y un
alto a la violencia vicaria.
Elisa se encuentra privada de su libertad al interior del Centro de Readaptación Social de
Cancún, Quintana Roo. A casi dos meses de su detención el Frente Nacional Mujeres,
colectivas, sociedad civil organizada, familiares y amigos de Elisa exigen la revisión de su caso
y su liberación inmediata.
Elisa no es una criminal, está tras las rejas por violencia vicaria que ejecuta el padre de sus
hijos, el doctor esteticista Juan Eugenio N. amparado por la violencia institucional y
presuntamente por el abuso de autoridad de sus familiares quienes se desempeñan como
servidores públicos en el Poder Judicial y en el Gobierno del Estado de Veracruz.
Elisa María se suma a una más de la infinita lista que crece cada día de madres que viven
violencia vicaria, la cual es considerada particularmente cruel de las violencias al usar a los
hijos como un instrumento de tortura para la madre y la fuerte escalada de violencia que las
golpea en todos los aspectos de su vida. En los peores casos, como en el de Elisa María, las
madres terminan encarceladas por delitos fabricados, la violencia vicaria también llega a
terminar en feminicidio y filicidio.
El pasado 13 de octubre Elisa se encontraba en Veracruz en espera de poder tener
convivencia con sus pequeños que fueron privados de estar con ella por más de un año pese
a resoluciones del juzgado de lo familiar para que ella pudiera revincularse con sus hijos y
recuperar los derechos sobre sus cuidados. Juan Eugenio N. no presentó a los menores en
varias ocasiones y levantó una denuncia fraudulenta por corrupción de menores. El juzgado
requirió a Elisa para realizar unas periciales y ella acudió a esa cita sin saber que saldría
esposada y terminaría encarcelada. El pasado 13 de octubre le fue ejecutada una orden de
aprehensión por el supuesto delito de corrupción de menores y posteriormente fue trasladada
al CERESO de Quintana Roo. Fue vinculada a proceso con una medida cautelar de 2 años de
prisión preventiva oficiosa y 6 meses del proceso de investigación por la juez Manuela Leticia
Ramírez y Montero, misma que más tarde se declaró incompetente para la materia y delegó el
caso a un juez en Playa del Carmen.
El Frente Nacional de Mujeres y la población civil organizada reclaman al estado que Elisa está
en una celda por un delito que no cometió y que le fabricaron, mientras sus agresores
duermen en plena impunidad y el cobijo de la comodidad que les otorga el acceso al poder.
Juan Eugenio N. su agresor y padre de sus pequeños, es también sobrino de la Magistrada
Bertha Inés Chavez Méndez. La magistrada ha sido señalada anteriormente en la prensa local
por ser responsable de diversas anomalías ocurridas en contra de menores mientras
permanecían en la Ciudad de los Niños, situación que hizo que fuera suspendida en diversas
ocasiones como medida de apremio.
El agresor de Elisa también es primo del hijo de la magistrada, Jorge Alberto Chavez Méndez
quien se ha desempeñado como particular del Secretario de Gobierno del Estado de Veracruz,
Eric Patrocinio Cisneros Burgos. En febrero de este año Jorge Alberto fue señalado por la
prensa por abuso de autoridad y abuso de poder pues al parecer ya había fabricado delitos
con anterioridad, al estar involucrado en la detención ilegal de seis jóvenes en una plaza
comercial. Presuntamente pedían al particular del Secretario de Gobernación que pagara por
los daños que hizo a un vehículo, y terminó inventando que el afectado y los cinco jóvenes lo
querían secuestrar. Pidió a la policía que los detuvieran. Al ser un problema entre particulares,
para justificar la detención acusaron a los jóvenes por ultrajes a la autoridad y les sembraron
navajas, situación que fue noticia a nivel nacional.
“El padre de mis hijos levantó la denuncia de corrupción de menores, cuando yo ya estaba por
volver a ver a mis hijos en Cecofam, esa denuncia realmente a mi abogado y a mi ni nos
preocupaba, porque no tenía sustento alguno, me achacaban la ‘corrupción de menores’
según por tener hierbas aromáticas en mi casa para sahumar, y tergiversaron todo diciendo
que yo se las daba de fumar a mi hijito, pero luego metió la agravante cuando acusó a uno de
mis testigos por abuso sexual y a mí por encubrimiento, lo denunciaron falsamente por haber
sido mi testigo y porque yo ya estaba logrando volver a ver a mis hijos”, dijo Elisa desesperada
en una llamada telefónica desde el CERESO.
El terrorismo legal que vive Elisa inició hace más de un año cuando ella realizó un viaje a
Colombia y acordó cordialmente con Juan Eugenio N. que mientras ella se encontraba de viaje
los pequeños se quedarían con su padre. Hasta ahí todo iba bien, su sorpresa fue que al
enterarse él de que ella tendría una nueva pareja sentimental, el médico esteticista interpuso
una demanda de controversia del orden de lo familiar y no le permitió volver a ver a sus hijitos.
El depósito del cuidado de los pequeños había sido otorgado por el juzgado a la abuela
paterna. Elisa María al igual que tantas madres que han enfrentado situaciones parecidas
denunció la sustracción de los menores y comenzó a contestar a los litigios abusivos con todo
y la disparidad de poder a la que se enfrentó desde un inicio, sin que sus denuncias tuvieran el
seguimiento adecuado que lograra la restitución inmediata de sus hijos al seno materno, los
enmarañados y largos procesos legales solo la llevaron a una situación de mayor
vulnerabilidad.
Al momento de su detención Elisa María también vivió el estigma, prejuicio y desinformación
de los medios de comunicación producto de la difamación de sus agresores y de las
autoridades, quienes la exhibieron dando una versión sensacionalista de los hechos, y
pasando por completo de largo el tema de lo que verdaderamente acontece: la violencia
vicaria que vive por el progenitor de sus hijos y el tráfico de influencias del agresor y el abuso
de autoridad de sus familiares en el poder para causarle daño y perjudicarla.
La cárcel es para los delincuentes, no para las madres que sólo buscan recuperar las
custodias de sus hijos en litigios fraudulentos y abusivos.
Criminalizar a las mujeres inocentes es violencia machista, usar a las instituciones para
arrinconarlas y encarcelarlas para que se desistan de su derecho a maternar a sus hijos y del
derecho de sus hijos a ser maternados es violencia vicaria, y actualmente es ya un grave
problema social en aumento.
Las madres del Frente Nacional Mujeres, sociedad civil organizada, amigos y familiares de
Elisa exigimos la liberación inmediata de Elisa María. Exigimos la restitución inmediata de sus
hijos con ella, y justicia para que sus agresores sean destituidos de sus cargos públicos y la
violencia que ha sufrido no quede impune