1. Prometiendo un terreno y dinero a una persona que se prestó a involucrar a Héctor desde el municipio de Tulum gobernado por Víctor Más. El plan se lanzó en junio de 2019.
2. A través de la oficina de comunicación del gobierno del Estado de Quintana Roo. Felipe Ornelas y Gloria Palma trataron de impulsar a que Graciela Machuca Martinez y Roman Trejo , entre otros que se desconoce, atacarán a Héctor. Éstos se negaron. Finalmente fueron Fabiola Cortés y Erika López las que se prestaron al juego sucio del gobierno. Este movimiento se produjo entre el 10 de septiembre del 2019 y el mes de octubre del mismo año, en que Victoriano Robles, denunció en las páginas de Mayas Sin Fronteras las actividades de la oficina del vocero del Gobierno de Quintana Roo
3. A través de los buenos oficios y contactos del Fiscal de Quintana Roo Óscar Montes de Oca, que había trabajado muchos años en la procuraduría de justicia de la CDMX, desempeñándose en los últimos años como subprocurador de averiguaciones previas.
Con el cambio de titular en la Coordinación de la Fiscalía de Delitos de Género en la CDMX, y la toma de protesta como titular interina, durante dos meses, de Estela Díaz Castillo, a finales de octubre del 2020, la estrecha colaboradora de Montes de Oca, tanto en Averiguaciones previas, como en Secuestros, rescató del olvido la carpeta de investigación del año anterior, a la que no se había dado continuidad por falta de elementos.
4. Los contactos de este grupo político, relacionado con averiguaciones previas, aceleraron el proceso de Héctor, que fue condenado a seis años en octubre del 2021, en un proceso en el que no se presentó la supuesta víctima; y en el que la acusación era extremadamente débil y contradictoria.
5. La experiencia, los contactos y las complicidades del Secretario de Seguridad Pública del Eatado de Quintana Roo Lucio Hernández, como responsable del Sistema Penitenciario de la CDMX; y particularmente como director del Reclusorio Oriente y Santa Marta Acatitla, han sido fundamentales para generar la situación de aislamiento y de tortura en la que ha vivido Héctor desde noviembre del 2020 hasta la fecha, y sin duda ha influido en que se le haya trasladado de penal sin estudios de pertinencia, ni análisis formales; lo que no sólo es una irregularidad, sino que muestra a las claras que Héctor Valdez es un preso político.
Los contactos de Lucio Hernández con Andrés Manuel López Obrador, y con Alejandro Encinas, han facilitado el que haya corrido el rumor de que Héctor está en la cárcel por órdenes del presidente de la República. Las amenazas de Enrique Serrano, subsecretario de Seguridad penitenciaria de la CDMX, ya anotadas con claridad en alguna columna implican directamente a Omar García Harfuch y a Claudia Sheibaum por omisiones.
¡Qué paradoja que un creyente en la 4T sea un preso político de una 4T que además quiere mandar de Embajador al panista priista que gobernó Quintana Roo!
Todas estas afirmaciones se defenderán en el Seminario Internacional de periodismo Kapucinski la semana entrante en Chihuahua.
La verdad debe salir a relucir.
