Si no cumple las normas, no se otorgará la licencia de construcción, adelanta Mara Lezama. Violencia es el principal reto, admite
Mara Lezama se define como workaholic y dice ser “una mujer que no me agacho”, por lo que una de sus premisas al frente de la presidencia municipal de Cancún se basa en el trabajo 7/24 y en caminar las calles todos los días.
Asegura que tiene los pies sobre la tierra, con un rumbo bien trazado, y sin distraerse con el futuro: “Me aboco al día-día”, responde respecto de sus planes políticos para 2021.
Sabe, y lo dice, que gobierna el destino turístico más importante del país –por el número de extranjeros que llegan al año–, aunque admite que al menos tres flagelos azotan a la ciudad: la inseguridad, la falta de justicia social y el desarrollo sustentable.
Menciona que en el tema de violencia, el Mando Único y la Guardia Nacional si han funcionado. Considera que no hay tantos hechos delictivos, pero lo que pasa en Cancún permea en la República y a nivel internacional. La mayoría de los homicidios son entre grupos criminales. “A veces no es que sean tantos, sino que están sumamente difundidos”.
Por lo que toca al desarrollo sustentable, habla del proyecto Grand Island, que recientemente presentó el presidente Andrés Manuel López Obrador, el cual representa una inversión nacional e internacional por mil millones de dólares y tres mil habitaciones en el puerto.
El complejo futurista, que ha encontrado oposición entre hoteleros y ambientalistas en esta región de Quintana Roo, ya cuenta con los permisos federales, adelanta Lezama Espinosa, pero faltan revisar las licencias estatales y municipales. “Habría que checar la compatibilidad urbanística”.
“Es sumamente polémico, tiene muchos actores que se han pronunciado en contra del proyecto por la densidad que hay en la zona hotelera. Tendríamos que checar la compatibilidad urbanística, que le toca al gobierno del estado. Nosotros, como municipio, ya recibimos, desde hace mucho tiempo se solicitó la licencia”
La alcaldesa explica que “lo cierto es que siempre le vamos a decir sí a la inversión, pero (…) uno de nuestros rubros más importantes de los flagelos es el desarrollo sustentable, hablar de sostenibilidad. Se checará a fondo, a detalle. Es un gobierno que combate la corrupción, somos vigilantes de que las leyes se cumplan, de que los reglamentos se cumplan, que las normas se cumplan, en eso estamos en este momento en desarrollo urbano”.
–¿Hay hoteleros y ambientalistas, que se oponen al proyecto, a la falta de servicios?
–Justamente por la densidad. Como está ya la zona hotelera, por el tema del drenaje, del agua, incluso, la energía eléctrica. Entonces, en este tema se debe de cuidar más la compatibilidad, cómo estamos y que haya capacidad para dar estos servicios y la movilidad. En eso estamos trabajando.
–¿Hasta cuándo tienen para dar una respuesta? ¿Crearán una comisión especial?
–Lo que hay que checar en base al reglamento para la licencia de construcción es qué se cumple y qué no se cumple. Si se incumple con algo, en cualquiera de estos rubros, evidentemente no se dará la licencia; dependerá del análisis que hagan los expertos en torno a la reglamentación que hoy existe.
–A poco más de un año de haber ganado la alcaldía, ¿qué ha significado esta experiencia?
–Un gran reto, una inmensa responsabilidad, no nada más con los ciudadanos que votan por ti como candidata, hoy como presidenta, sino por todos los benitojuarenses, que tienen una luz de esperanza para que las cosas cambien, para mejorar su calidad de vida y en eso es en lo que estamos abocados, 24/7.
–¿Cómo ha sido gobernar a una población polarizada?
–Difícil, soy una persona de retos y como buena mujer no me agacho, es difícil. Conozco muy bien Cancún, sabía de los flagelos que tenemos, pero enfrentarte a esta situación, con tantos problemas, que a veces las soluciones no son tan difíciles de poder llegar a ellas, te hacen buscar más y más alternativas. Hay muchos flagelos que nos llevarán más tiempo y hay otros en los que hay que sentar las bases y otros que podemos solucionar a corto plazo.
Dice que los habitantes pueden estar seguros de que se gobierna de una manera diferente: “No escondemos los problemas: los enfrentamos, los solucionamos”.
“El trabajo de escritorio está bien, pero tienes que dedicarle mucho tiempo a caminar las calles, a escuchar a las niñas, a los enfermos, a los adultos mayores, al que trabaja, al que no trabaja, para poder comprender qué situación vive cada ser humano y, entonces, aplicar los recursos en base a esas necesidades”, concluye.