Tomando como base el Censo poblacional 2010 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), donde se informa que la población de Benito Juárez (Cancún) era de 661 mil 176 habitantes, diez años después calculamos que hay un aproximado de 900 mil habitantes, datos conservadores, pues en 2017 Quintana Roo registró una población de 1 millón 664 mil 667 personas en su territorio.
Hoy, los expertos en estadísticas calculan que en el estado existe una población de casi 2 millones de personas y que de esa cantidad el 50% habita en Cancún y comunidades aledañas que conforman el municipio Benito Juárez.
De ahí la importancia de las y los políticos por llegar a la presidencia municipal, no solo por el jugoso presupuesto de más de 4 mil millones de pesos anuales que administra el Ayuntamiento en turno, sino por la cantidad de votos que aporta el Municipio en las contiendas electorales; si alguien aspira a la gubernatura, gobernar Benito Juárez es un buen escalón para alcanzar su objetivo, lógicamente, si la percepción de los gobernados es positiva.
Los ejemplos son varios, aunque no todos culminaron con éxito, porque los adversarios políticos no lo permitieron. Mario Ernesto Villanueva Madrid estuvo de 1990 a 1991 como presidente en Benito Juárez, en 1993 fue el candidato y luego Gobernador de Quintana Roo de 1993 a 1999; de ahí, en 2004 el entonces presidente municipal Juan Ignacio “Chacho” García Zalvidea inició su precampaña a la gubernatura, pero argucias legaloides no le permitieron llegar y terminó en la cárcel con un juicio que lo inhabilitó para que el candidato oficial, Félix Arturo González Canto (2005-2011) llegara sin sobresalto.
Otro de los gobernantes en Benito Juárez (2008-2011) que también aspiró a la gubernatura fue Gregorio Sánchez Martínez, sin embargo “testigos protegidos” por el entonces presidente de México, Felipe Calderón Hinojosa, declararon que “Greg” Sánchez estaba metido en negocios ilícitos, fue apresado en el aeropuerto de Cancún en mayo de 2010, un año antes de la campaña para Gobernador, curiosamente la misma receta aplicada por el sistema político gobernante a “Chacho” Zalvidea, aunque con otros ingredientes.
Ahora, los tiempos se adelantaron y 2020 no podía ser la excepción, puesto que estamos a unos meses de la elección para la presidencia municipal en Benito Juárez y a más de un año para la gubernatura, todos los actores políticos empezaron una guerra sucia de “sálvese quien pueda”.
Para nadie es un secreto que la actual presidente en Benito Juárez (Cancún), Mara Lezama Espinosa es una “carta fuerte” para la reelección, para luego participar en la contienda por la gubernatura; pero el sistema gobernante estatal en turno tiene otros intereses, otros candidatos/as; además, dentro de su mismo partido político, Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) la guerra es intestina, puesto que la senadora Marybel Villegas Canché y el diputado federal Luis Alegre Salazar quieren la misma posición: la Presidencia Municipal de Benito Juárez.
Con los ejemplos anteriores, de “Chacho” y “Greg”, puedo deducir que el sistema gobernante es capaz de “elaborar” expedientes exprofeso y utilizar el sistema de justicia, que está en sus manos, para detener la carrera política de cualquier ciudadano, noquearlo y mandarlo al ostracismo. Así como también crear escenarios adversos que dañen la imagen de quien quiere perjudicar, pues “a río revuelto, ganancia de pescadores” y en estos momentos los pescadores están en el Gobierno del Estado.
Concluyo al decir que en estos últimos 20 años no he visto más guerra sucia, cajas chinas, medios de comunicación ad hoc al servicio de la corrupción, incursión del crimen organizado en la política, simulación y doble discurso de gobernantes, que las que veo ahora. Lo que sucede en el marco de la elección del 2021 y de la del 2022 tiene a los quintanarroenses muy divididos.
SASCAB
Desde este espacio envío un abrazo fraterno al compañero Clicerio Cedillo Godínez, quien sufrió la irreparable pérdida de su esposa Juan del Rocío Carvajal Hernández, descanse en paz.