En relación con la solicitud de México para ingresar el Consejo de Seguridad de la ONU, un buen número de especialistas y otros tantos que no los son han augurado un pésimo tiempo para México en tanto forme parte del Consejo, argumentando que son de mucho mayor calibre los problemas a que deberá enfrentarse al formar parte del mismo que en su ausencia.
Es verdad que la integración al Consejo de Seguridad traerá para México algunos problemas adicionales a los que deberá hacer frente, pero nada que se pueda comparar al trabajo positivo que está en posibilidades de efectuar formando parte del organismo. Recuérdese que el Consejo de Seguridad, por arriba de la Asamblea General, esta en aptitud de participar en decisiones del más alto interés para la comunidad internacional, y de tener influencia, por tanto, en materias o asuntos sobre los cuales generalmente hay un verdadero interés para la comunidad de naciones. La pertenencia al Consejo de Seguridad pone a México en un primer plano de importancia en asuntos internacionales, y de ejercer una verdadera influencia desde esa posición. Solo quienes desconocen el valor y la importancia de formar parte de tal organismo colectivo, o que desconocen el peso específico de nuestro país en esa historia, podrán insistir en la conveniencia de que México se quede fuera de las decisiones importantes en materia colectiva.