Por El Bicho Politikón
Hace poco más de cuatro meses la barbarie tomaba forma en la muerte de trece personas en Minatitlán, Veracruz… la noche del 19 de abril un comando irrumpió en una fiesta y empezó a disparar, dando el tiro de gracia al que se moviera, no importando si eran bebés, mujeres o adultos.
Nuevamente Veracruz, nuevamente la barbarie, nuevamente la incompetencia de los gobiernos de los tres niveles, morenistas por cierto… un gobernador que no da una en cuestión de seguridad, alcaldes que están más preocupados por sus moches que por gobernar, peleándose con un fiscal bueno para nada.
Un presidente que ofrece abrazos, no balazos, que no quiere usar la fuerza legítima del Estado contra los malandros, que porque son ‘pueblo’… mientras la gente no puede salir a trabajar, estudiar o a divertirse porque corre el riesgo de morir.
Estoy seguro que en los informes que van a rendir nos darán cuentas alegres de estamos requetebien y que en sus datos estamos felices gracias a ellos, de verdad que el poder, si no los vuelve locos, sí que los hace ciegos, sordos y mudos. Y cómo no, si se rodean de gente que se pone de alfombra y aplaude todas las ocurrencias de sus dioses en turno.
Nuevamente el presidente dándole su apoyo a un gobernador que no termina por dar resultados.
Veintiséis muertos, familias que están de luto, un Estado pasmado ante la crisis de seguridad, la corrupción que tiene podrido el sistema de justicia y funcionarios que ven un país que existe sólo en sus cabezas, las ofensivas cuentas alegres…
La desgracia de estos gobiernos que se han convertido en todo aquello que un día criticaron, la traición a los principios, la renuncia a los ideales, el fracaso del sistema político… la indefensión de la gente… discursos vacíos.
Otra vez la barbarie y los bárbaros, otra vez Veracruz.
Otra vez los mismos discursos y los nulos resultados.
Pues eso.