Los arrecifes son hábitats esenciales y poseen una gran diversidad de fauna marina.
Las áreas naturales protegidas Arrecifes de Puerto Morelos e Isla Contoy cumplen 24 años luego de su decreto como “Parques Nacionales”, el más rígido esquema de conservación.
El Parque Nacional Arrecifes de Puerto Morelos cuenta con una extensión de nueve mil 66 hectáreas, de las cuales solo 37 son terrestres.
Al ser los arrecifes hábitats esenciales, posee una gran diversidad de fauna marina. El Programa de Manejo indica que existen registros y observaciones de 669 especies de fauna marina, tanto invertebrados como vertebrados, pertenecientes a 75 órdenes, aunque reconoce que estas listas distan de estar completas.
“El número de especies registradas de fauna marina en el Parque Nacional Arrecife de Puerto Morelos, hasta junio de 1999 es de corales escleractíneos 41, gorgonáceos 32, hidrozoarios 64, esponjas 20, anélidos 10, crustáceos 172, equinodermos 31, moluscos 33, peces 226, reptiles 3, mamíferos 21”, indica el Programa, publicado en el año 2000.
Isla Contoy, por su parte, es un área natural protegida desde 1961, pero fue decretada oficialmente como Parque Nacional en 1998.
Se trata de una isla deshabitada, con una longitud de 8.75 kilómetros. Este Parque Nacional abarca una superficie terrestre de 230 hectáreas y una porción marina de cuatro mil 900 hectáreas.
“Es el más importante refugio de aves marinas del Caribe Mexicano. Sus lagunas, manglares y selvas bajas son hogar para 152 especies de aves registradas. Desde el invierno se concentran más 10 mil aves incluyendo fragatas, cormoranes, pájaros bobo, garzas, pelícanos café y golondrinas marinas”, de acuerdo con información de la dirección del área.
En cuanto a diversidad marina, las aguas circundantes de Contoy son muy ricas en nutrientes que sirven de alimento al plancton que constituye la base alimenticia de más de 234 especies de peces identificados en la zona, incluyendo los majestuosos tiburones ballena y mantarrayas que se alimentan cerca de sus costas.
María del Carmen García Rivas, directora de ambas áreas, expone que los retos de conservación son mayúsculos, frente a las crecientes amenazas del cambio climático y los impactos locales.
Otros temas prioritarios para la conservación de estas áreas son el presupuesto disponible para proyectos y la concientización ambiental de la población local y el turismo.
