El encargado del juicio califica el hecho como el “peor delito” del magnate; buscan inhabilitar para próximos cargos públicos al republicano.
El legislador que encabezará el segundo juicio político, o “impeachment”, contra el presidente saliente de Estados Unidos (EU), Donald Trump, calificó la incitación que hizo el republicano para asaltar al Capitolio como “el peor crimen jamás cometido” por un mandatario de su país.
Jamie Raskin, el representante demócrata que se hará cargo del proceso de destitución, adelantó que los congresistas van a “contar la historia de este ataque contra Estados Unidos y todos los acontecimientos que llevaron a eso. Este presidente intentó intencionalmente desmantelar y desvirtuar los resultados de las elecciones presidenciales del 2020. Él fue totalmente claro en eso”.
Los demócratas deben encarar el desafío de enjuiciar a Trump después de que abandone el cargo. Raskin afirmó que el Congreso no se puede dar el lujo de decir “olvidemos todo y sigamos hacia adelante por el sólo hecho de que el magnate ya no esté en la Casa Blanca”.
La intención es que tras el juicio, Trump quede inhabilitado para ejercer cargos públicos en el futuro.
Sin embargo, los demócratas no quieren que el proceso en el Senado opaque los logros políticos del próximo presidente de EU, Joe Biden, en sus primeros días al mando.
El viernes pasado, la titular de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, indicó que su partido tratará de aprobar rápidamente el paquete de estímulo económico propuesto por Biden y el plan nacional de vacunar a la población contra el coronavirus.
- A DÍAS DEL CAMBIO DE PODER
Blindan ciudades de EU por temor a protestas
Estados Unidos (EU) se mantiene en alerta por el potencial de protestas antes de que Joe Biden asuma como presidente, pero con la esperanza de que el fuerte dispositivo de seguridad en Washington y en las capitales de los 50 estados evite nuevos episodios de violencia.
Ese país está en alerta máxima debido al aviso del Buró Federal de Investigación (FBI, por sus siglas en inglés) sobre “protestas armadas” en toda la nación hasta el miércoles 20, día en que Donald Trump dejará la Casa Blanca.
Las pistas que detectó el FBI en las redes sociales apuntaban a la posibilidad de un segundo asalto al Congreso, tras el protagonizado el pasado 6 de enero por seguidores radicales de Trump, así como a edificios legislativos en las capitales de cada Estado.
Las autoridades estatales han tomado medidas para cercar o asegurar sus capitolios, y confían en que ese fuerte dispositivo de seguridad disuada a los manifestantes de implicarse en cualquier acto violento.
Mientras que en Washington, sede del cambio de poder, un amplio perímetro que ocupa todo el Centro, incluido el Capitolio, la Casa Blanca y la explanada conocida como National Mall, se encuentra cerrado al paso.
Al menos 10 mil militares reservistas de la Guardia Nacional están ya desplegados en la capital estadounidense, y se espera que esa cifra suba a 25 mil para la noche de mañana, la víspera de la investidura.