El Arab Barometer, proyecto de investigación sobre el mundo árabe, realizó un sondeo en el cual participaron 25 000 árabes repartidos en 25 países [1]. Desde 2006, es la cuarta vez que el Arab Barometer realiza este estudio de opinión.
Lo más sorprendente que muestra este sondeo es el retroceso de la religiosidad. Desde las llamadas «primaveras árabes», la cantidad de árabes que se declaran «no religiosos» ha pasado de un 8% a un 13%, llegando incluso a un 18% entre las personas de menos de 30 años.
Esta evolución muestra el fracaso del clero musulmán ante la Hermandad Musulmana y el yihadismo. Al afirmar que su objetivo es enseñar el «verdadero islam», el clero de esa religión en realidad hace huir a muchos jóvenes.
Eso implica que si los imames siguen negándose a discutir sobre lo que han comprendido de su propia religión, la cantidad de musulmanes seguirá disminuyendo. El problema es que los imames están actuando exactamente igual que aquellos a quienes quieren contradecir: dicen saberlo todo y no toleran ningún tipo de cuestionamiento.
¿Cómo se llegó a esta situación? Vale la pena recordar que Mahoma fue educado por judeocristianos, a quienes siempre protegió, y que el propio Mahoma bebía alcohol y nunca exigió que las mujeres usaran velo.