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Por Eloísa González

“La impaciencia es una virtud periodística” Alberto Pozas

*Paraíso convertido en infierno con casi 260 hospitalizados por Covid

¿El Llano en llamas? No, es Quintana Roo en llamas, el paraíso caribeño mexicano que se cae a pedazos, se desmorona, se consume debido a la pandemia, convirtiéndose en auténtico infierno para propios y extraños, quienes atónitos observamos (me incluyo) la caída en picada, de lo que otrora fue un lugar excepcional, único en el país y extranjero, y de lo que prácticamente no queda nada.

Su declive no solo es en el sector salud, sino también, en servicios públicos, desempleo e inseguridad, presente de norte a sur, en la zona maya y destinos turísticos, en cada rincón del estado la situación es complicada para las mayorías y de la cual nadie escapa como ocurre en casi todo el país.

Quién iba a pensar, mucho menos imaginar, que, en el bello y exitoso Cancún, moriría uno que otro ciudadano infectado por coronavirus en su propio hogar ante la imposibilidad de ser atendido en un hospital debido a la saturación que reportan. Seguro que nadie, al menos yo no, aunque es evidente que la irresponsabilidad de seguir saliendo a la calle contribuyó para que la situación de salud se agravará al punto de fallecer en su propia casa.

Difícil de creer y más aún de aceptar, pero nos guste o no, es la cruda y patética realidad que vivimos a diario los quintanarroenses, quienes observamos como se acaba lentamente lo que alguna vez fue un destino turístico exitoso, quedando solo en recuerdo.

La lucha por subsistir en uno de los lugares más caros para vivir es cruenta, y quienes han tenido la oportunidad de regresar a sus estados de origen lo han hecho, quienes no, confiamos que el panorama mejorará, sobre todo, que el sector turístico se reactivará al ser la única actividad económica del estado de la que dependen miles de familias.

En lo que regresamos a la normalidad solo queda seguir cuidándonos, quedarnos en casa, a menos que sea urgente salir a la calle, usar correctamente el cubrebocas ya que de lo contrario es como si no lo usáramos y utilizar gel antibacterial, además de estar pendiente de la salud mental.

Ante el aumento de contagios y defunciones en los últimos días como resultado de las fiestas decembrinas, el gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, puso freno y un hasta aquí al instruir de manera enérgica la aplicación de medidas restrictivas obligatorias de manera inmediata para frenar los contagios. Bien, por el gobernador jalisciense quien aplicó la de entienden o entienden a sus gobernados en un asunto tan delicado como la salud.

Mientras eso sucede en Jalisco, en Quintana Roo se amplió la suspensión de labores presenciales no esenciales hasta el próximo 15 de febrero, en las dependencias y entidades paraestatales de la Administración Pública del Estado, ojalá y con dicha medida disminuyan los casos en la entidad al reportar más de 17 mil casos positivos, más de dos mil defunciones y 258 hospitalizados.

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