CANCÚN, Q. ROO.- La pérdida permanente de una cobertura vegetal de 485 hectáreas de terreno será la mayor afectación al ecosistema que ocasionará la construcción del tramo 5 Sur del Tren Maya, de Tulum a Playa del Carmen en Quintana Roo.
El único impacto ambiental reconocido como ‘crítico’ tiene que ver con el efecto irrecuperable que provocará el despalme y el desmonte en el área de influencia de los 67 kilómetros de longitud del proyecto turístico.
En el tramo impactado se retirarán 388.239 hectáreas de vegetación secundaria y otras 92.237 hectáreas de selva mediana subperennifolia, según se advierte en la solicitud de Manifestación de Impacto Ambiental (MIA).
De acuerdo al Capítulo V ‘Identificación, caracterización y evaluación de los impactos ambientales, acumulativos y residuales del Sistema Ambiental Regional’, los momentos más críticos para el ecosistema ocurrirán en la preparación del sitio y la etapa de construcción.
En las dos primeras etapas del proyecto se proyecta el trazado y la nivelación del terreno, la apertura de caminos y el desarrollo de obras provisionales que contempla el desmonte y despalme del terreno, y situación que se plantea mitigar con acciones de reforestación.
En el documento se reconoce la relevancia que tiene la flora, al ser la responsable de diversos procesos en el ecosistema de la selva, debido a que integra a otros componentes como el suelo, el agua y la fauna.
En este proceso se asienta que durante estos citados momentos estarán más en riesgo la flora y la fauna, especialmente aquellas especies amenazadas o protegidas en alguna categoría de riesgo en la Norma Oficial Mexicana 059-2010 de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), por el uso de maquinaria y una eventual fragmentación del hábitat faunístico por el cambio de uso de suelo.
En el dictamen elaborado por la empresa FONATUR Tren Maya, S.A. de C.V., se establece que para proteger a la fauna se implementará la reubicación de nidos, madrigueras y de otros sitios inmediatos en apego al Programa de Manejo de flora y fauna.
El riesgo que enfrentarán las especies con alguna protección federal podría repetirse durante el proceso de mantenimiento que es la cuarta y última etapa analizada ambientalmente en el proyecto del ferrocarril turístico y de carga.
Hay otros 15 impactos clasificados del tipo `adverso severo’ que los mismo se enlistan en alguna etapa del proyecto, como es la preparación del sitio, la construcción, la operación y el mantenimiento.
En las dos primeras, el riesgo se centra en el sistema y relieve kárstico por posibles hundimientos y derrumbes que podrían ocurrir en puntos críticos por la operación de maquinaria, aunque también cuando esté en operación el Tren Maya por las vibraciones provocadas que se extenderán en un radio de 5 a 25 metros del paso de la vía.
En esa misma condición de riesgo se menciona a las cavidades subacuáticas concentradas en 6.6 kilómetros pero que se extienden sobre un tramo de 16.5 kilómetros, desde muy cerca de la población de Chemuyil hasta el extremo sur del trazo.
En el mencionado sector se aclara la existencia del registro que contiene los cuerpos de agua con las mayores densidades y dimensiones de nueve cuevas o segmentos de las mismas.
En el listado de otros posibles riesgos se analizaron factores ambientales como aire, geoforma (estructuras de la superficie que identifica las características del relieve), suelo, agua, flora, fauna y los aspectos socioeconómicos, culturales y del paisaje.
Del análisis ambiental se detectaron 42 etapas del proyecto donde se estimó un riesgo ‘adverso moderado’ en la calidad del aire y los niveles de polvo y ruido, relieve, erosión y ocupación del suelo.
Igualmente, otras 13 etapas ‘irrelevantes’ las cuales tienen que ver con la infiltración o recarga de acuíferos, flujo subterráneo y evapotranspiración (modificación del balance hídrico por remoción de cobertura forestal), entre otras.
Pero se marcaron también ocho de ‘beneficio moderado’ relacionadas con el escurrimiento superficial del agua, generación de empleos, mejoramiento y renovación de infraestructura y afectación por desplante de elementos ajenos a la naturalidad del paisaje.
Los únicos cinco impactos marcados con un ‘beneficio significativo’ corresponden a la fragilidad visual y la calidad escénica del paisaje, y el mejoramiento y renovación de la infraestructura.
La respuesta oficial al trámite de la MIA que responderá a los impactos ambientales detectados por la empresa se encuentra en una etapa de conclusión ante la Semarnat, desde el pasado 21 de junio.
fuente: Luces del siglo