Todos, absolutamente todos, nos preguntamos.., ¿En qué momento se perdió todo?.
Y vienen a la memoria, los tiempos en que la paz reinaba en todos los hogares, en todos los pueblos e incluso las ciudades.
Eran tiempos en que dormías con las puertas de tu casa, abiertas.., éramos pocos.
La llegada del desarrollo, las oportunidades y el empleo, atrajeron a gente otros lugares y otras costumbres. En 1974 la oferta de casa, comida y tierras, se convirtió en el mayor precedente para el arribo de colonos, que vinieron a sumar esfuerzo y trabajo; trabajo agropecuario para alimentar a sus familias y comercializar.
La industria del turismo, el arribo de extranjeros y los dólares, exhibieron la urgente demanda de marihuana, luego la demanda creció y junto con ella, la cocaína.
Llegaron los cárteles, los emisarios de la muerte y se hizo fácil cobrarles una cuota para que atiendan una demanda turística.
Quizás la historia turística, sea la misma en muchos lugares.
Lamentablemente en Quintana Roo, desde 1974, el gobierno constituyente se integró con gente corrupta, voraz, insensible, traicionera y mediocre.
Jesús Martínez Ross y su administrador general (SECRETARIO DE FINANZAS) Jorge Marzuca Ferreiro eran las cabezas.., unas inmorales cabezas por cierto.
“un entrañable y honrado amigo de “”chuchuluco”” le pidió trabajo y fue nombrado director de ingresos en Cancún. Fue un personaje que al término del sexenio, le pidió a Martínez Ross un préstamo de diez mil pesos y junto con el dinero, también recibió la amonestación ¡cóño, estabas ahí donde se amasa dinero!., le dijo.
Lo encaró, le dio el dinero y remató: ¡núnca vuelvas a pedirme nada, por pendejo!.
Chuchuluco, se adueñó de todo tipo de predios costeros desde las inmediaciones de sian ka´an (en Felipe Carrillo Puerto) hasta x´calak
En Cancún era dueño del Antillano y en Chetumal, se apoderó de inumerábles áreas y gasolineras…, hasta que quiso repetir con movimiento ciudadano y Hendricks lo exhibió como una rata y millonario evasor fiscal.
Jorge Marzuca, su segundo, ya era dueño de las primeras gasolineras, de ranchos gigantes y una fortuna incalculable. El hotel Antillano de Cancún, pasó a ser suyo, poco después y como parte de las cosas que los hombres del poder agarraban así. Por sus huevos!!.
No hubo moral que los detuviera…robaron sin pudor, ni vergüenza.
Y cómo respetar, si la cabeza (chuchuluco) era un súper ladrón y era lo que enseñaba a los novatos funcionarios…fue maestro del nada honorable Pedro Joaquín Coldwell y de ahí, el caos se hizo cada vez más grande.
Las drogas (solapadas por los gobernadores que le antecedieron) no se combaten, sólo se administran, decía Mario, para evitar ejecuciones.
–Los gringos tienen sus “calmantes” y todos vivimos en paz–,así, sonaba el argumento.
La rapiña de Coldwell, las mariguanadas de Borge, los fraudes de Hendricks, el encarcelamiento de Mario, los asesinatos y el saqueo de Félix y los fraudes de Roberto, quedaron cortos frente al entramado y las complicidades, la corrupción y la mediocridad de Carlos Joaquín.
La presencia de seis grupos criminales y la narco división de los municipios de Quintana Roo, las ejecuciones múltiples, los asesinatos, levantones, cobros de piso y asaltos a la población, se volvieron el distractor perfecto para que el gobernador a través de notarios públicos, funcionarios corruptos de conciliación y arbitraje, y el registro público de la propiedad y el comercio, además de la Fiscalía, ejecuten embargos, despojos, secuestros y delincan, dentro del lodacero en que pululan.
El despojo de inmuebles, como el secuestro se volvieron tendencia.
Las denuncias, están puestas y la verdad asusta, nadie le pone cascabel al gato y la pregunta forzada: ¡cuando perdimos todo!!.
Del muro de Facebook de Anselmo Huchim.